La joven estudiante birmana de 16 años, Yoon May (nombre ficticio), relató con angustia cómo lo ha perdido todo en el devastador terremoto que sacudió Birmania (Myanmar) el viernes pasado, un desastre que ha dejado al menos 2.719 muertos. La adolescente, que esperaba celebrar el Año Nuevo birmano, expresó que, en lugar de disfrutar de las festividades, solo siente el deseo de llorar.
“No podía entender lo que estaba pasando. Simplemente corrí. Escapé por poco. En el momento en que salí, los ladrillos comenzaron a caer del techo”, recordó Yoon May, quien se encontraba comiendo en su casa en Mandalay cuando el seísmo de magnitud 7,7 golpeó la región centro-norte del país.
La vivienda de la joven quedó gravemente dañada por el temblor, lo que dejó a su familia sin agua ni electricidad, obligándolos a dormir a la intemperie, protegidos solo por mosquiteras. Lea aquí: Esta la impactante cifra de muertos en Birmania tras el terremoto de 7.7
La tragedia ocurrió justo antes del Año Nuevo birmano, una festividad tradicional conocida como ‘Thingyan’, que se celebra con un gran festival del agua.
“Acababa de terminar mis exámenes y estaba emocionada por celebrar ‘Thingyan’ con mis amigos y visitar la casa de mi tía. Pero ahora, lo único que quiero hacer es llorar”, lamentó Yoon May.
Mientras tanto, los hospitales públicos y privados están colapsados por la cantidad de personas que necesitan atención médica, y muchos han buscado refugio en monasterios, campos de fútbol y otros espacios abiertos, temerosos de nuevas réplicas sísmicas.
Niños y jovenes afectados tras el terremoto en Birmania
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) ha alertado sobre los graves riesgos físicos y emocionales para millones de niños en Birmania. Antes del terremoto, alrededor de 6,5 millones de menores ya necesitaban asistencia debido al conflicto que afecta al país desde hace años, una situación que se agravó con el golpe militar de 2021.
“Este terremoto es otro golpe brutal para los niños birmanos, muchos de los cuales ya vivían en medio de conflictos, desplazamientos y privaciones”, comentó Catherine Russell, directora ejecutiva de Unicef, en un comunicado. La agencia de la ONU también destacó que el temblor dañó gravemente viviendas, escuelas, hospitales e infraestructuras, y los deslizamientos de tierra y las carreteras afectadas han dejado a muchas comunidades sin electricidad e internet. Le puede interesar: Terremoto en Birmania deja 1.644 muertos y más de 3 mil heridos
La situación de muchas familias, que ya vivían en condiciones precarias, se ha vuelto aún más difícil, ya que ahora tienen mayores dificultades para acceder a agua potable, atención médica y refugio.
Unicef subrayó además que la respuesta humanitaria enfrenta importantes carencias de financiación.
El portavoz de la junta militar que gobierna Birmania desde el golpe de Estado de 2021, Zaw Min Tun, confirmó hoy que el número de víctimas fatales ha ascendido a 2.719, mientras que más de 3.900 personas resultaron heridas. Por su parte, el Gobierno de Unidad Nacional (NUG), opositor al régimen castrense y que controla algunas zonas afectadas por el terremoto, elevó la cifra de muertos a 2.418.
Tres días después del desastre, el envío de ayuda sigue avanzando a un ritmo lento, con rescatistas y personal humanitario enfrentando numerosas dificultades para llegar a las áreas más impactadas, en particular las regiones de Sagaing y Mandalay, que fueron las más afectadas por el seísmo.