En medio de la devastadora guerra civil de Sudán, donde más de 24 millones de personas enfrentan el hambre y 12 millones han sido desplazadas, un grupo de mercenarios colombianos ha encontrado en la música de Diomedes Díaz un inesperado refugio emocional. A pesar de la crudeza del conflicto, los vallenatos del icónico cantante colombiano resuenan entre los combatientes, evocando recuerdos de su país natal.
Desde finales de 2023, más de 300 exmilitares colombianos han sido reclutados para combatir junto a las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), un grupo paramilitar que lucha contra el gobierno militar de Abdel Fattah Al-Burhan. Estas fuerzas han sido señaladas por cometer crímenes de guerra, incluyendo limpieza étnica y el bloqueo de ayuda humanitaria.
Los mercenarios colombianos desempeñan roles clave en inteligencia y operaciones especiales. Videos capturados con drones muestran su participación en batallas en ciudades como Al Fasher, donde la ONU ha instado a las FAR a cesar los ataques. En uno de los registros más impactantes, se observa a un combatiente colombiano operando un mortero de 120 milímetros, con coordenadas que confirman su presencia en el epicentro del conflicto. Lea: Video: ladrones roban camioneta y atropellan a madre y su bebé, de 11 meses
A pesar del alto riesgo, los incentivos económicos siguen atrayendo a exmilitares colombianos. Empresas como A4SI, liderada por el coronel retirado Álvaro Quijano, han facilitado su contratación, ofreciendo sueldos de entre 2.600 y 3.400 dólares mensuales. Esta compañía opera en alianza con el grupo emiratí Global Security Service Group, formando parte de una red transnacional de mercenarios con experiencia previa en conflictos de Medio Oriente y África.
Sin embargo, las duras condiciones de la guerra han llevado a varios combatientes a abandonar el conflicto. Aun así, el reclutamiento no se detiene y las organizaciones internacionales advierten que la situación en Sudán podría agravarse, aumentando la presencia de mercenarios extranjeros.
En medio de este panorama bélico, los vallenatos de Diomedes Díaz se han convertido en una inesperada fuente de consuelo. Los mercenarios colombianos, en sus momentos de descanso, recurren a la música como una forma de conexión con su tierra y de escape del horror de la guerra.
Mientras el conflicto en Sudán continúa, la presencia de exmilitares colombianos y su relación con el paramilitarismo internacional siguen generando preocupación. Entre la violencia y la nostalgia, la música de Diomedes Díaz sigue sonando, recordando a estos combatientes un hogar que, aunque lejano, nunca dejan de extrañar. Lea: Le Pen, política ultraderechista francesa, fue inhabiltada: ¿Qué pasó?