Las autoridades francesas continúan con la investigación en torno a la misteriosa muerte de Émile Soleil, el niño de dos años fallecido en 2023 en el sureste de Francia. A pesar de la reciente liberación de los abuelos maternos y dos tíos del menor, el fiscal de Aix-en-Provence, Jean-Luc Blachon, afirmó este jueves que esto “no descarta definitivamente” la posibilidad de una implicación familiar en el caso.
Nuevos detalles revelados por la Fiscalía
Blachon proporcionó información clave sobre la desaparición de Émile, revelando que el cráneo del menor presentaba “un traumatismo facial violento” y que sus restos fueron trasladados tras su muerte. Lea aquí: Familia de colombianos muere trágicamente tras un naufragio en yate
“Las ropas y los huesos, hallados fortuitamente en Le Vernet por una excursionista en marzo de 2024, fueron transportados y dejados poco antes de su descubrimiento”, indicó el fiscal, descartando así la posibilidad de un accidente.
Junto al investigador jefe del caso, el coronel de la Gendarmería Christophe Berthelin, Blachon subrayó que la libertad de los familiares no significa que la línea de investigación en torno a ellos quede descartada de manera definitiva. “Si surgen elementos suplementarios, podríamos retomar esa dirección”, afirmó.

El caso de Émile, bastante complejo
Las pruebas apuntan a que “un tercero intervino en la desaparición y muerte de Émile”, explicó el fiscal. Desde el 8 de julio de 2023, día en que el niño desapareció en Haut-Vernet, se han recogido 287 testimonios, inspeccionado 285 hectáreas y analizado 55 millones de datos de telecomunicaciones.
El caso ha acaparado la atención en Francia, especialmente tras la detención de los abuelos maternos y dos tíos del pequeño el pasado martes en su residencia en La Bouilladisse. Este giro inesperado se sumó al hallazgo de restos óseos en marzo de 2024 por una excursionista. Le puede interesar: Hallan cadáver de bebé recién nacido en una bolsa afuera de una iglesia
Otro episodio relevante ocurrió el 14 de marzo, cuando un grupo de agentes vació de tierra una jardinera situada frente a una iglesia y la roció con un producto químico para detectar rastros de sangre. Esta acción se originó tras la recepción de una carta anónima en febrero.
A medida que avanza la investigación, las autoridades continúan trabajando para esclarecer los hechos y determinar quién es responsable de la muerte del menor.