Un sismo de magnitud 4.2 en la escala de Richter sacudió la tarde de hoy San Francisco y el Área de la Bahía, generando alarma entre los residentes a las 746 de la noche.
El movimiento telúrico ocurrió en medio de intensas lluvias que han persistido durante las últimas 24 horas, complicando aún más la situación en la región.
El epicentro se localizó en la ciudad de Dublín, California, con una profundidad de 5.6 millas. El temblor, que duró aproximadamente 30 segundos, se sintió en varias ciudades cercanas, incluyendo Livermore, Oakland, Walnut Creek, San Francisco, San José y Daly City.
Hasta el momento, no se han reportado daños significativos ni víctimas, aunque las autoridades continúan evaluando la situación. Residentes señalaron haber sentido una fuerte sacudida que, sumada a las lluvias constantes, ha generado preocupación. Lea aquí:Venezuela rechaza medida de EE.UU. que expulsa a migrantes señalados
La combinación de sismos y fuertes precipitaciones aumenta el riesgo de deslizamientos de tierra y caída de escombros en carreteras. Por ello, las autoridades han pedido extremar precauciones al transitar por la zona.

La Falla de San Andrés: el epicentro de la actividad sísmica en California
California es una de las zonas más sísmicamente activas del mundo debido a la presencia de la Falla de San Andrés, una de las estructuras geológicas más importantes del planeta.
Esta falla tiene una extensión de 1,300 kilómetros y atraviesa California de norte a sur, desde el Cabo Mendocino hasta el desierto de California y Baja California en México. Es el límite entre la Placa del Pacífico y la Placa de América del Norte, lo que genera un constante roce de las masas tectónicas y provoca sismos de diferentes magnitudes.
La Falla de San Andrés ha sido responsable de algunos de los terremotos más devastadores en la historia de los Estados Unidos, incluyendo el gran terremoto de San Francisco en 1906, que tuvo una magnitud de 7.8 y dejó miles de muertos y ciudades en ruinas.
Los expertos en sismología advierten que la falla sigue acumulando energía, por lo que la posibilidad de un “Big One”, un terremoto de gran magnitud, sigue siendo una amenaza latente para la región.