El viernes 28 de febrero, el Vaticano informó que el Papa Francisco sufrió un broncoespasmo que agravó repentinamente su estado respiratorio. Sin embargo, con el paso de las horas, se confirmó que no ha presentado nuevas crisis.
Según el Vaticano, el Papa Francisco pasó una noche tranquila, se despertó, desayunó, tomó café y leyó los periódicos. A pesar de ello, su condición sigue siendo compleja y su pronóstico permanece reservado.
Francisco “no tuvo ninguna otra crisis, después de la de ayer a primera hora de la tarde”, dijeron las fuentes, que explicaron que el broncoespasmo (estrechamiento del conducto bronquial), formó parte de una crisis respiratoria y no ha afectado a otros órganos. Le puede interesar: Papa Francisco sufrió un repentino empeoramiento en su salud: ¿Qué pasó?
Esta mañana, la oficina de prensa de la Santa Sede informó de que el Papa, que cumple su décimosexto día ingresado en el Gemelli, pasó “una noche tranquila” y que esta mañana estaba “descansando”.
¿Cómo avanza la salud del Papa Francisco?
Tras varios días de ligera mejoría, eL viernes se desataron de nuevo las alarmas cuando el Vaticano informó de que el Papa había sufrido una crisis “aislada” de broncoespasmo que le provocó un “repentino” empeoramiento y, aunque respondió “bien”, su pronóstico sigue siendo reservado.
“El Santo Padre en la tarde de hoy, tras una mañana haciendo fisioterapia respiratoria y en oración en la capilla, ha presentado una crisis aislada de broncoespasmo que ha determinado un episodio de vómito con inhalación y un repentino empeoramiento del cuadro respiratorio”, se indicaba en el último boletín médico vaticano. Le invito a leer: ¿Cómo está la salud del Papa Francisco hoy?: siguen rumores de cónclave
La crisis por broncoespasmo le hizo vomitar pero, al respirar, volvió a tragar el fluido, por lo que fue necesario extraérselo. Ahora los médicos deberán determinar si esos jugos gástricos han podido afectar a los pulmones.
“El Santo Padre ha sido prontamente broncoaspirado y ha empezado con la ventilación mecánica no invasiva, con una buena respuesta de los intercambios gaseosos”, de oxígeno, informaron desde el Vaticano.
El pontífice argentino, que respondió “bien” a la terapia, estuvo “siempre lúcido y orientado” y “colaborando con las maniobras terapéuticas”, y no fue intubado en ningún momento, afirmaron.