El domingo 23 de febrero, un avión de American Airlines que cumplía el vuelo AA 292, con 199 pasajeros a bordo y 15 tripulantes, fue desviado a Roma debido a una alerta de bomba. La aeronave, que había despegado de Nueva York con destino a Nueva Delhi y sobrevolaba el Mar Caspio, tuvo que alterar su ruta y aterrizar en el aeropuerto de Fiumicino.

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ColprensaUna vez que todos los pasajeros desembarcaron y fueron atendidos, las autoridades comenzaron a realizar los controles para detectar el presunto material explosivo.
Durante su acercamiento y aterrizaje en Fiumicino, el avión estuvo escoltado por dos aparatos de la fuerza aérea, que grabaron y evidenciaron el recorrido de la aeronave. Posteriormente, la Fuerza Aérea italiana compartió imágenes desde uno de los cazas que escoltaron al avión de American Airlines. Le puede interesar: Así fue el momento del accidente aéreo en Toronto: increíble video
“El vuelo 292 de American Airlines aterrizó en el aeropuerto internacional Leonard de Vinci de Roma, a las 17H30 hora local (...) luego de que la tripulación señaló un problema de seguridad”, declaró en comunicado un portavoz del regulador estadounidense de la aviación FAA.
¿Se considera seguro viajar en avión?
De acuerdo con el medio El Financiero, una serie de accidentes aéreos mortales se han presentado en los últimos meses. Todo comenzó en Navidad con el accidente de un avión de Azerbaijan Airlines en Kazajistán, que dejó 38 muertos, seguido por el siniestro de un avión de Jeju Air en Corea del Sur, que causó 179 víctimas fatales. Estos hechos convirtieron a 2024 en el año más mortal en la aviación comercial desde 2018. En 2025, un helicóptero militar de EE. UU. y un avión de American Airlines colisionaron cerca de Washington, con 67 fallecidos, y el 18 de febrero, un avión de Delta Airlines se estrelló cerca de Toronto, pero no dejó víctimas.
Aunque los accidentes no parecen estar relacionados entre sí, su frecuencia genera inquietud sobre posibles fallas en la seguridad aérea. Expertos advierten que, aunque podrían ser anomalías estadísticas, siguen siendo preocupantes para una industria que llevaba años sin incidentes fatales.