Donald Trump asumió nuevamente la Presidencia de Estados Unidos, e inició lo que muchos consideran una de las administraciones más polarizantes en la historia moderna de ese país. Con una batería de órdenes ejecutivas firmadas en su primer y segundo día, su retorno al poder trae consigo cambios radicales en políticas claves que abarcan desde derechos civiles y migración, hasta energía y relaciones internacionales. (Lea: Esta fue la promesa que Trump no cumplió en su primer día de mandato).
Redefiniendo el género: una política controvertida
Al llegar a la Casa Blanca, por segunda vez; al firmar su primera orden ejecutiva, llamada: ‘Defendiendo a las Mujeres del extremismo de la ideología de género’, se estipula que el gobierno federal reconocerá exclusivamente dos sexos, masculino y femenino, definidos según el sexo asignado al nacer. También fijan restricciones al uso de fondos federales para proyectos relacionados con identidades de género no binarias y ordena que instalaciones de un solo sexo, como prisiones y refugios, sean asignadas basándose únicamente en el sexo biológico.
Esta medida ha dividido a la sociedad estadounidense. Grupos conservadores celebran la decisión como un retorno a la “verdad biológica” y una protección para el deporte femenino. Por otro lado, organizaciones defensoras de los derechos LGBTQ+ la consideran un grave retroceso, que pone en peligro los derechos adquiridos por estas comunidades las últimas décadas.
Ciudadanía por nacimiento: una reinterpretación constitucional
En el ámbito migratorio, Trump busca eliminar la ciudadanía automática para los hijos de inmigrantes indocumentados, un derecho protegido por la Enmienda 14 de la Constitución. Este cambio pretende reinterpretar el concepto de ciudadanía, limitándola únicamente a los hijos de ciudadanos estadounidenses o residentes legales. (Lea: Trump da el primer paso para desregular las criptomonedas en EE.UU.)
Aunque esta medida cuenta con el apoyo de sus seguidores, los expertos legales advierten que podría desencadenar una batalla en los tribunales, ya que la jurisprudencia histórica ha protegido este derecho como principio fundamental de la nación.
Groenlandia: ambición geopolítica
En política exterior, Trump ha reavivado su interés en adquirir Groenlandia, argumentando que la isla representa una oportunidad estratégica en términos de seguridad y recursos naturales. Dinamarca y las autoridades groenlandesas han rechazado la propuesta, calificándola de inaceptable y reafirmando su autonomía. Este movimiento ha generado tensiones diplomáticas y ha renovado el debate sobre la expansión territorial de Estados Unidos en pleno siglo XXI.
Seguridad fronteriza y energía: prioridades de la agenda ‘America First’
Trump también declaró una emergencia nacional en la frontera con México, reforzando la presencia militar y reanudando la construcción del muro fronterizo. Paralelamente, en el ámbito energético proclamó una emergencia energética nacional, fomentando la explotación del petróleo y gas natural, sin restricciones. Esto incluye la eliminación de subsidios a los vehículos eléctricos y la retirada oficial de Estados Unidos del Acuerdo de París, revirtiendo las políticas ambientales de administraciones anteriores.
Mientras los ambientalistas advierten sobre los posibles impactos negativos en el medio ambiente y los desafíos para combatir el cambio climático, estas políticas han encontrado respaldo en la base conservadora y en sectores claves de la industria energética, que celebran el enfoque en la explotación de recursos naturales y el impulso a la economía. (Lea: Trump busca establecer aranceles del 25% a México y Canadá).
Indultos y justicia: reescribiendo el pasado reciente
En una medida altamente polémica, Trump otorgó indultos a las personas condenadas por su participación en el asalto al Capitolio, el 6 de enero de 2021. Según Trump, estas acciones son una forma de “corregir injusticias” contra sus seguidores; sin embargo, para muchos simbolizan una normalización de la insurrección y la violencia política.
Un país dividido, un futuro incierto
Las acciones iniciales de la administración Trump marcan un giro radical en las políticas sociales, migratorias y exteriores, reflejando su compromiso con las promesas de campaña y su visión de un país alineado con la agenda ‘America First’; sin embargo, estas decisiones también destacan las profundas divisiones que persisten en Estados Unidos.
Mientras sus seguidores ven en Trump a un líder decidido a proteger los intereses nacionales, sus detractores temen que estas medidas exacerben las tensiones internas y deterioren la imagen del país en el escenario global. En este contexto, la gran incógnita es si este mandato será recordado como una era de transformación o como un capítulo de mayor polarización y controversia.