Un hombre armado mató a tiros a dos jueces de línea dura en la capital de Irán, Teherán, el sábado. Los jueces, Mohammad Mogheiseh y Ali Razini, eran miembros de la Corte Suprema de Irán y habían sido vinculados a las ejecuciones masivas de disidentes en 1988.
Según las autoridades, el atacante, que estaba armado con una pistola, se suicidó después de matar a los jueces. El guardaespaldas de uno de los jueces también resultó herido en el ataque al Palacio de Justicia de Teherán.
La participación de Razini en las ejecuciones de 1988 probablemente lo había convertido en blanco de ataques en el pasado. En enero de 1999, unos agresores en motocicletas lanzaron un explosivo contra su vehículo y lo hirieron. Te puede interesar: TikTok hace petición a Joe Biden para evitar su cierre en Estados Unidos
Los asesinatos ocurrieron en un momento en que Irán enfrenta crisis económica, el ataque a sus aliados de Medio Oriente por parte de Israel y el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. La Corte Suprema de Irán tiene muchas delegaciones repartidas por todo el país y es el tribunal de mayor jerarquía de Irán.
Mogheiseh había estado bajo sanciones del Tesoro de Estados Unidos desde 2019 por haber supervisado juicios injustos y condenado a decenas de periodistas y usuarios de Internet a largas penas de prisión.
Ambos hombres habían sido identificados por activistas y exiliados como participantes en las ejecuciones de 1988, que tuvieron lugar al final de la larga guerra de Irán con Irak. Los grupos internacionales de derechos humanos estiman que se ejecutó a unas 5.000 personas, mientras que el MEK eleva la cifra a 30.000.
Sin embargo, la oposición iraní en el exilio ha celebrado los asesinatos, considerándolos un golpe contra el régimen de Teherán. El grupo opositor Mujahedeen-e-Khalq (MEK) ha estado involucrado en una larga lucha contra el gobierno iraní y ha sido responsable de varios ataques en el pasado. Entérate: Los hutíes yemeníes reclaman responsabilidad por nuevos ataques a Israel
La tensión entre Irán y sus opositores ha aumentado en los últimos meses, con una serie de ataques y asesinatos que han sacudido al país. Los asesinatos de los jueces Mogheiseh y Razini son solo el último episodio de una larga historia de violencia y represión en Irán.