La Agencia Espacial de Kenia (KSA) informó que un objeto metálico de aproximadamente 2,5 metros de diámetro y más de 500 kilos de peso impactó en la aldea de Mukuku. Aunque el incidente no causó daños ni representó un riesgo inmediato para la población, su origen sigue siendo un misterio.
Inicialmente, las autoridades sugirieron que el objeto podría tratarse de un anillo de separación de un cohete. Sin embargo, esta teoría fue descartada tras semanas de análisis, ya que los expertos no encontraron coincidencias entre el objeto y los registros de restos en órbita. Lea aquí: Nave Starship, de Space X, explotó tras despegue exitoso
Queremos asegurar a la ciudadanía que el objeto no representa una amenaza inmediata para la seguridad. Nuestros expertos lo analizarán, utilizarán los marcos existentes para identificar al propietario y mantendrán informado al público sobre los próximos pasos y resultados”.
Comunicado del KSA
La incertidumbre sobre la procedencia del objeto ha generado múltiples teorías entre investigadores. Mientras algunos apuntan a la posibilidad de que se trate de basura espacial, otros incluso sugieren que el objeto podría no provenir del espacio.

Jonathan McDowell, astrofísico del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsoniano, declaró que el objeto podría ser un fragmento de desechos espaciales. Esto refuerza las preocupaciones sobre el creciente problema de la basura espacial en órbita terrestre.
Según la Agencia Espacial Europea (ESA), las redes de vigilancia espacial rastrean actualmente unos 30.000 objetos mayores de 10 centímetros en órbita. Sin embargo, se estima que existen más de un millón de fragmentos de entre uno y 10 centímetros, y cientos de millones de partículas aún más pequeñas. Más noticias virales: Video: pareja es grabada teniendo relaciones en medio de un tiroteo
Estos desechos representan un riesgo significativo para satélites en funcionamiento y estaciones espaciales como la ISS. Incluso pequeños fragmentos, debido a su alta velocidad, pueden causar daños graves o poner en peligro a la tripulación a bordo.

El impacto en Kenia, aunque inusual, pone de relieve la necesidad de una gestión más efectiva de los desechos espaciales y un monitoreo constante para garantizar la seguridad tanto en la Tierra como en el espacio.