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Europa se prepara para el impacto del cambio climático más intenso

Desde sequías hasta incendios forestales, distintas regiones del continente vivirán un clima cada vez más extremo. Conozca las previsiones.

Europa se prepara para el impacto del cambio climático más intenso

Aspecto que presenta el embarcadero del pantano de La Viñuela (Málaga) debido al bajo nivel de agua por la falta de lluvias. EFE/Daniel Pérez

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Europa afronta una creciente amenaza derivada del cambio climático, con fenómenos meteorológicos extremos que se intensifican en diversas partes del continente. En su último informe, la Agencia Europea de Medio Ambiente (Aema) destaca que los efectos de esta crisis no son homogéneos y varían considerablemente según la región.

De cuerdo con información de EFE, las lluvias, las sequías, los incendios forestales y las olas de calor afectarán de manera distinta a las distintas zonas del continente, con consecuencias cada vez más graves si no se toman medidas adecuadas para frenar el calentamiento global. Lea: El impacto del cambio climático en Cartagena durante el 2024

La Aema ha observado que, a lo largo de las últimas décadas, Europa ha sido testigo de un aumento notable de fenómenos climáticos extremos, como sequías prolongadas, incendios forestales devastadores, olas de calor, tormentas y lluvias torrenciales. Estos eventos ya han dejado una huella significativa, provocando entre 85.000 y 145.000 víctimas mortales y pérdidas económicas que ascienden a medio billón de euros solo en los últimos 40 años.

Uno de los eventos más recientes y alarmantes ha sido el verano de 2024, que ha sido registrado como el más caluroso tanto en Europa como en el mundo. Este aumento de las temperaturas ha tenido consecuencias inmediatas. Durante los primeros nueve meses de ese año, los incendios forestales arrasaron más de 370.000 hectáreas de bosques en Europa. Además, las graves inundaciones ocurridas en septiembre afectaron a cerca de dos millones de personas en Europa Central, mientras que las lluvias torrenciales a finales de octubre en España, especialmente en la provincia de Valencia, causaron la muerte de 230 personas y destruyeron numerosas viviendas y negocios.

“Estos acontecimientos son lamentables recordatorios del clima cambiante y volátil al que Europa debe adaptarse y prepararse, al tiempo que toma medidas para reducir drásticamente las emisiones de carbono a fin de frenar y limitar el cambio climático”, señala la Aema en su informe.

Desde principios de este siglo, las olas de calor han provocado decenas de miles de muertes prematuras en el continente. La agencia pronostica que la frecuencia, la duración y la intensidad de estas olas seguirán aumentando en los próximos años, lo que podría elevar aún más el número de víctimas, especialmente entre las poblaciones más vulnerables, como los ancianos y las personas con condiciones de salud preexistentes.

No obstante, también se espera que la mortalidad asociada al frío disminuya, gracias a las mejoras en las condiciones sociales, económicas y de vivienda en muchos países europeos, aunque no hay pruebas definitivas que sugieran que el calentamiento global reducirá significativamente las muertes relacionadas con bajas temperaturas.

El impacto del cambio climático será, en todo caso, muy diferente dependiendo de la región europea en cuestión. En el norte de Europa, las lluvias intensas se volverán más frecuentes en los próximos años, mientras que las sequías serán menos comunes.

Por otro lado, en la Europa central, la Aema prevé una reducción de las precipitaciones durante los meses de verano, aunque la severidad de los fenómenos climáticos extremos aumentará. La región sufrirá de precipitaciones más fuertes, inundaciones de ríos, sequías y mayores riesgos de incendios, lo que ocasionará un cambio mixto en los patrones de precipitación y aridez.

Según el informe, en las zonas del sur de Europa, la situación será aún más crítica, ya que se espera una disminución de las precipitaciones anuales y de las lluvias de verano. A la par, se incrementarán los problemas de aridez, sequías y la amenaza de incendios forestales, lo que agravará la situación en países como España, Italia o Grecia, que ya sufren de estos problemas de manera recurrente.

“Como los fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el clima varían según la región, las respuestas uniformes no son suficientes para hacer frente a la creciente amenaza que estos peligros suponen para la propiedad y la vida”, advierte la Aema, subrayando la necesidad de políticas adaptativas a las particularidades de cada región.

En este contexto, la Agencia Europea de Medio Ambiente destaca la importancia de la estrategia de adaptación de la Unión Europea, cuyo objetivo es hacer que los países del continente estén mejor preparados para enfrentar los riesgos derivados del cambio climático. Esta estrategia incluye el desarrollo de sistemas de alerta temprana, que permitirán a los Estados miembros anticiparse y gestionar de manera más eficiente los fenómenos climáticos extremos.

A pesar de estos esfuerzos, la Aema insiste en que la clave para mitigar estos efectos radica en reducir drásticamente las emisiones de carbono. Sin una acción decidida en este frente, los fenómenos meteorológicos extremos continuarán su intensificación, afectando no solo a las personas y su bienestar, sino también a los ecosistemas, la infraestructura y la economía global.

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