La emblemática catedral de Notre Dame ha reabierto oficialmente este sábado con una ceremonia cargada de simbolismo y marcada por la presencia de destacados líderes internacionales. El arzobispo de París, Laurent Ulrich, lideró el acto inicial golpeando las grandes puertas de madera con una cruz elaborada con restos de las ruinas del incendio de 2019, mientras el coro respondía desde el interior con el salmo 121: “A las montañas levanto mis ojos; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y la tierra”.
La ceremonia comenzó con el tañido de las campanas de la catedral, aunque debió adaptarse debido a las condiciones climáticas adversas. Lea aquí: Tras años del incendio, Notre Dame reabrirá sus puertas al público
La lluvia y el viento obligaron a trasladar parte del evento, originalmente planeado en la explanada exterior, al interior del templo.
A la celebración asistieron figuras de renombre mundial, entre ellas el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y la primera dama, Jill Biden; la primera ministra italiana, Giorgia Meloni; y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. También estuvieron presentes miembros de la realeza europea, como el príncipe Guillermo de Gales y los reyes de Bélgica, Felipe y Matilda.
El presidente francés, Emmanuel Macron, llegó al evento junto a su esposa, Brigitte, tras mantener reuniones en el Elíseo con Trump y Zelenski, marcando un hito diplomático como el primer encuentro entre ambos líderes tras las elecciones estadounidenses de noviembre. El retraso del mandatario francés provocó que el primer ministro en funciones, Michel Barnier, recibiera a los primeros invitados.

Macron y su esposa escucharon de pie, junto a la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, las campanas que señalaban el inicio de la ceremonia. Más tarde, el arzobispo Ulrich los invitó a cruzar el umbral de la catedral restaurada, dando paso a los actos religiosos.
El rito de apertura, liderado por el arzobispo, culminó con la invitación a los asistentes a ingresar al renovado templo. Ulrich, vestido con una capa en tonos verde, rojo, amarillo y azul, cada uno con un significado litúrgico especial, marcó el inicio de los actos religiosos, que incluyeron la bendición del agua y un llamado simbólico para “despertar” el imponente órgano de Notre Dame. Le puede interesar: En fotos: así se ve la Catedral de Notre Dame tras su restauración
Mientras tanto, entre el público, la presencia del empresario Elon Musk atrajo la atención de algunos asistentes, quienes aprovecharon para fotografiarse con él.
La reapertura de Notre Dame, que simboliza el renacimiento tras el devastador incendio, fue también una oportunidad para Macron de pronunciar un discurso político antes de ceder el protagonismo al arzobispo para continuar con la ceremonia religiosa.
El evento, que combinó solemnidad y diplomacia, reflejó la importancia histórica y cultural de Notre Dame, no solo como símbolo francés sino como patrimonio de la humanidad.