En Greenup, Illinois, Estados Unidos, una joven de 20 años llamada Katelyn Yates acudió a un centro médico debido a un intenso dolor de garganta. Lo que parecía un malestar común terminó convirtiéndose en una inesperada sorpresa, ya que en medio de la consulta, los médicos le informaron que estaba embarazada, y no de uno, sino de cuatro bebés.
De acuerdo con el medio People, la joven, que es asistente de enfermería, fue a urgencias y allí le dijeron que debía realizarse una radiografía para ver si debían extirparle las amígdalas. Antes de este procedimiento, le informaron que necesitaba hacerse una prueba de embarazo, pues el examen al que tenía que someterse podía ser peligroso para los fetos, en caso tal de que estuviera encinta.
La historia, que se remonta al 1 de abril de 2024, tomó fuerza cuando al revisar los resultados médicos, la joven descubrió que tenía los niveles de gonadotropina coriónica humana, una hormona producida durante el embarazo, extremadamente altos.
Al principio pensó que se trataba de una broma del médico, ya que el hospital celebraba el Día de los Inocentes, pero una radiografía confirmó que estaba embarazada y según el Journal of Family and Reproductive Health, citado por Today, las probabilidades de concebir cuatrillizos son de menos de una en 500.000. Le puede interesar: ¿Qué cambios se producen en el cerebro de una embarazada?

El embarazo de Katelyn Yates, aunque fue motivo de alegría, también fue considerado de alto riesgo debido a complicaciones graves. Durante la gestación, fue diagnosticada con preeclampsia, una condición que eleva la presión arterial y puede causar daño renal. En el tercer trimestre, su hígado y riñones comenzaron a fallar, lo que llevó a los médicos a adelantar el parto a las 28 semanas y 4 días para proteger su vida y la de los bebés.
El 17 de octubre de 2024, en el Hospital HSHS St. John’s de Springfield, Katelyn dio a luz a sus cuatrillizos: Elizabeth Taylor, Max Ashton, Elliot Ryker y Zye Grace. A pesar de nacer prematuros, los pequeños estaban en excelente estado de salud. Además, el caso resultó aún más sorprendente, ya que Max y Elliot son gemelos idénticos.