Este martes, la contienda presidencial en Estados Unidos enfrenta a dos candidatos con visiones y estilos opuestos: Kamala Harris, actual vicepresidenta y candidata demócrata, y Donald Trump, expresidente republicano (2017-2021). Ambos representan no solo trayectorias distintas, sino también personalidades que han polarizado al país.
Estilos contrastantes: Trump omnipresente y Harris en la sombra
Trump lideró durante su mandato con un estilo omnipresente en redes sociales, especialmente en Twitter, usando la plataforma como altavoz de sus políticas y comentarios, a menudo a horas intempestivas y sin intermediación de medios. Harris, en cambio, ha mantenido un perfil bajo como vicepresidenta, en un papel discreto hasta que Joe Biden se retiró de la contienda en julio, cediéndole el protagonismo. Muchos estadounidenses apenas la están conociendo en esta breve y acelerada campaña. Lea aquí: El pueblo elige entre Trump y Harris: día de elecciones en EE. UU.

El peso de la continuidad y el poder de las promesas
Harris lleva a cuestas la carga de haber sido parte de la administración de Biden, una doble espada que la vincula tanto a los logros como a los desafíos de ese gobierno. Según Tammy Vigil, profesora de Comunicación de la Universidad de Boston, su rol como vicepresidenta le da una ventaja de experiencia, pero también la hace responsable de las decisiones de la administración. Trump, por su parte, llega con la promesa de “reparar” lo que considera fallas de estos cuatro años bajo los demócratas, aunque muchas de sus ideas controversiales –como la sugerencia de combatir el COVID-19 con lejía– han sido relegadas al olvido. Sus propuestas populistas y su lema “Hacer Estados Unidos grande de nuevo” resuenan con su base.
Una base fiel y el desafío de convencer a nuevos votantes
Trump cuenta con una base de seguidores leales, quienes, según Vigil, le han dado la libertad de actuar y decir lo que quiera sin perder su apoyo. Su conexión con estos votantes parece reforzarse al permitirles expresar impulsos que, de otro modo, podrían reprimir. Harris, en cambio, enfrenta el reto de probar que puede liderar el país. Según Tom Hollihan, profesor de Comunicación en USC Annenberg, Harris tiene a su favor su experiencia como abogada, fiscal general y senadora, y su habilidad para conectar con diversos grupos.
Edad: una crítica desigual
En cuanto a la edad, Trump, de 78 años, es casi dos décadas mayor que Harris, quien recientemente cumplió 60. A diferencia de las críticas que recibió Biden –de 81 años– sobre su edad y aptitud para el cargo, la avanzada edad de Trump no ha sido un tema de gran preocupación en los medios, aunque su discurso a veces pueda parecer errático. Esto le ha permitido sortear con mayor facilidad cuestionamientos que podrían haberse interpretado como señales de desgaste cognitivo.

Los desafíos simbólicos de Harris
Si gana, Harris rompería múltiples barreras al convertirse en la primera mujer, afroamericana y persona de origen sudasiático en llegar a la presidencia. Sin embargo, según Vigil, estos mismos aspectos pueden volverse obstáculos: “Una gran parte de la población estadounidense aún conserva prejuicios misóginos y racistas, y algunos votantes prefieren apoyar a un hombre antes que a una mujer de color”. Le puede interesar: Elecciones en EE.UU.: Harris y Trump, voto a voto por la presidencia
Preferencias polarizadas: hombres con Trump, mujeres con Harris
Las diferencias entre los candidatos también se ven en sus bases de apoyo. Trump lleva una ventaja de cinco puntos entre los hombres, mientras que Harris cuenta con un respaldo de 11 puntos entre las mujeres, cifra que sube a 40 puntos en mujeres de 18 a 29 años, según una encuesta de ABC News. Hollihan señala que muchos hombres se sienten atraídos por el estilo directo y la “dureza” de Trump, cualidades que, sin embargo, no resuenan bien entre las mujeres, especialmente las jóvenes, quienes perciben su hostilidad hacia temas de salud reproductiva como una amenaza.

Trump, destaca Vigil, “atrae a aquellos que disfrutan de su estilo irreverente y su disposición a dar voz a quejas reprimidas”. Por otro lado, Harris se presenta como una opción para quienes están cansados de la retórica divisiva del republicano y anhelan una política más moderada y conciliadora.