Las declaraciones ofensivas de un comediante en un acto de campaña del expresidente Donald Trump, en las que se refirió a Puerto Rico como una “isla flotante de basura”, podrían motivar a la comunidad puertorriqueña en EE.UU., tradicionalmente abstencionista, a participar en las próximas elecciones y, en consecuencia, favorecer al Partido Demócrata. Le puede interesar: Así fue el mitin de Donald Trump en el Madison Square Garden previo a las elecciones
“El puertorriqueño es orgulloso y el enojo puede llevarlo a votar”,explicó el politólogo Eduardo Gamarra, de la Universidad Internacional de Florida, en declaraciones recogidas por los medios de comunicación. Gamarra señaló que, al igual que otros hispanos, los puertorriqueños registran una alta tasa de abstención, que en su caso es incluso superior al 54 % promedio entre latinos.

Para el experto, estos insultos pueden movilizar el voto de una comunidad “que puede votar al día siguiente de que llega” de la isla, al ser ciudadanos estadounidenses. Esta movilización podría favorecer a los demócratas, no solo en apoyo a la vicepresidenta Kamala Harris en estados clave como Pensilvania, con una gran comunidad puertorriqueña, sino también en escaños cruciales para recuperar la mayoría en el Congreso.
En Florida, un estado en disputa donde el senador republicano Rick Scott busca la reelección, esta comunidad, que en su mayoría se asienta en el centro del estado, podría inclinar la balanza en la competencia contra la excongresista demócrata Debbie Mucarsel-Powell. Gamarra recordó que Florida alberga a más de 1,3 millones de puertorriqueños, con cerca de 800,000 habilitados para votar, superando en número incluso a los puertorriqueños residentes en Nueva York.
El pasado domingo, en un mitin de Trump en el Madison Square Garden de Nueva York, el comediante Tony Hinchcliffe declaró: “Literalmente hay una isla flotante de basura en medio del océano en este momento, creo que se llama Puerto Rico”.
Para Gamarra, estas palabras podrían tener un impacto en el electorado, particularmente en estados como Pensilvania y Florida. Explicó que, si bien la abstención entre los hispanos ha sido históricamente elevada, la participación ha crecido de entre un 30 % y 40 % en los años setenta y noventa, hasta alcanzar un 54 % en 2020.
Con unos 36 millones de hispanos habilitados para votar en Estados Unidos, el experto recordó que, además del miedo y la esperanza, el orgullo herido también es un factor que puede llevar a la gente a votar. Le puede interesar: Donald Trump arremete contra Harris: “¡Has destruido nuestro país!”