Tras años y años en el limbo, un caso que permaneció sin resolver un poco más de treinta años en Boston, Estados Unidos, está cerca de dar un paso a los tribunales, gracias al papel de la ciencia forense en la posible solución del tan estancado caso, que en un pasado fue bastante impactante para ese país.
Era el 27 de mayo de 1988, cuando Karen Taylor, fue brutalmente asesinada en su casa en Boston, Estados Unidos. Sin embargo, fue su hija, que en aquel entonces tenía tres años, quien informó a su abuelita, a través de una llamada y de forma muy inocente lo que pasaba. La pequeña le comentó a su abuea que su mamá dormía, pero que no respondía cuando la llamaba. Lea aquí: “Caerá hasta el último pandillero”: así fue operativo militar en El Salvador
Pasaron los años desde aquel entonces y el crimen parecía que se iba a quedar en el olvido, hasta que a principios de este año un hallazgo permitió, de forma inesperada, hallar al principal sospechoso del brutal asesinato. James Holloman, un hombre de 65 años de edad, también de Boston, Estados Unidos.
Las pruebas clave surgieron cuando, frente a su domicilio, Holloman dejó una muestra de saliva, después de un escupitajo en el suelo. Al analizarla, las autoridades encontraron una coincidencia genética con restos de ADN hallados en la escena del crimen, que incluían una colilla de cigarrillo y una sudadera. Esta evidencia fue suficiente para su arresto bajo cargos de asesinato en primer grado.
Como se mencionó anteriormente, en 1988, la policía ya había encontrado ADN de un hombre en las uñas de Taylor, lo cual indicaba que esta había combatido por no morir en el ataque. Aunque se habían recuperado pruebas biológicas como un cigarrillo y una sudadera, la tecnología de aquel entonces no permitía identificar al agresor con la precisión que se puede lograr en la actualidad.

El avance en técnicas forenses permitió comparar la reciente muestra de ADN de Holloman con las evidencias originales, cerrando el círculo de la investigación.
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Holloman ha mantenido su inocencia, pero las pruebas en su contra son contundentes, lo que ha llevado a las autoridades a retenerlo sin derecho a fianza. El juicio que decidirá su culpabilidad está programado para iniciar hoy 29 de octubre.
Mientras la defensa argumenta que, después de tanto tiempo, la ciencia forense puede no ser tan concluyente, el fiscal del distrito de Suffolk, Kevin Hayden, destacó los logros en investigación criminal y los progresos de la ciencia forense que permiten revivir casos olvidados en busca de justicia para las víctimas.