El expresidente boliviano Evo Morales denunció este domingo 27 de octubre un atentado en su contra tras un incidente violento en el que su vehículo recibió múltiples disparos mientras se dirigía a la emisora donde conduce su programa de radio. Según relató Morales, desconocidos en dos camionetas lo persiguieron y dispararon al menos 14 veces contra su vehículo, hiriendo al chófer que lo acompañaba.
El ataque ocurrió a las 6:25 de la mañana, en la ruta entre Villa Tunari y Lauca Ñ, en el Trópico de Cochabamba, una zona donde Morales cuenta con una base de apoyo considerable. Durante la persecución, su chofer intentó evadir a los agresores cambiando de ruta, aunque el hostigamiento continuó. “Ahí me di cuenta que era un operativo”, comentó el líder político. Lea aquí: Gobierno de Bolivia lanza graves acusaciones contra Evo Morales
En un video de cuatro minutos grabado por un acompañante en el vehículo, se observan momentos de tensión mientras los ocupantes intentan esquivar los disparos y Morales habla por teléfono para pedir ayuda. En medio de la situación, uno de los acompañantes le grita: “¡Agáchate, presi, agáchate presi!”, mientras intenta maniobrar para evitar a los atacantes. Posteriormente, Morales informó que tuvieron que cambiar de vehículo debido a que el original sufrió daños, incluyendo una llanta perforada por los disparos.
Al notar que el conductor sangraba de la cabeza debido a una herida, Morales abrió la ventanilla para anunciar a las comunidades locales sobre el ataque, pidiendo que bloquearan el camino para impedir el avance de sus perseguidores. Posteriormente, el líder del Movimiento al Socialismo (MAS) culpó al gobierno de Luis Arce, afirmando que “hoy se ha cumplido” un plan para asesinarlo, después de haber intentado “destrozarlo políticamente y procesarlo judicialmente”.
Este incidente se produce en un contexto de alta tensión en Bolivia. Durante las últimas dos semanas, simpatizantes de Morales han mantenido bloqueos de carreteras en varias zonas del país para exigir el fin de los procesos judiciales en su contra, que incluyen acusaciones de trata de personas y estupro, denuncias que sus seguidores califican como una persecución política. Además, reclaman soluciones a problemas económicos como el aumento de precios de alimentos y la falta de abastecimiento de combustibles.
El día anterior, la Cancillería boliviana emitió un comunicado denunciando estas protestas como un intento de “interrumpir el orden democrático” y pidió a la comunidad internacional que permaneciera atenta a la situación en Bolivia. En tanto, el presidente Luis Arce relevó al alto mando militar con el objetivo de preservar la estabilidad interna y la democracia en el país.
