Yvon Chouinard, el multimillonario y fundador de la reconocida marca de ropa Patagonia, ha tomado una decisión sorprendente que ha resonado en todo el mundo: ha decidido regalar su fortuna, que supera los 3.000 millones de dólares, debido a su aversión a ser millonario.
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Redacción MundoChouinard, un apasionado de la naturaleza y el deporte, fundó Patagonia en 1973, inicialmente diseñando equipos de escalada antes de descubrir que la ropa al aire libre era un mercado más lucrativo. Lea aquí: Taylor Swift entra a la lista de multimillonarios de la revista Forbes
A pesar de su éxito y de ser incluido en la lista de Forbes como una de las personas más adineradas del mundo en 2017, Chouinard nunca tuvo el sueño de acumular riquezas; su verdadera pasión siempre fue escalar montañas y surfear. La fortuna que generó su empresa, que actualmente factura más de 1.000 millones de dólares al año, le permitió vivir cómodamente, pero su enfoque siempre estuvo en disfrutar de la vida al aire libre.
En 2022, Chouinard sorprendió al mundo al anunciar que donaría todas las acciones de Patagonia a un fideicomiso destinado a la protección del medio ambiente. “La Tierra es ahora nuestro único accionista”, afirmó el empresario de 83 años en un mensaje dirigido a empleados y clientes. Con esta declaración, Chouinard transformó el enfoque de su empresa hacia un compromiso con la sostenibilidad y la conservación del planeta.
“En vez de ‘salir a bolsa’, se podría decir que ‘salimos a un propósito’”, agregó, resaltando la importancia de utilizar la riqueza generada por su empresa para proteger los recursos naturales.
La decisión de Chouinard ha provocado un intenso debate sobre el papel de los empresarios en la lucha contra el cambio climático y la responsabilidad social. Su visión de “utilizar la riqueza que crea Patagonia para proteger la fuente de toda riqueza” invita a otros líderes empresariales a considerar el impacto de sus acciones en el medio ambiente y la sociedad.
Yvon Chouinard nació en 1938 en Estados Unidos, y sus primeros años transcurrieron en Maine, en una comunidad franco-canadiense. A la edad de siete años, se mudó a Burbank, California, donde tuvo que adaptarse a un nuevo entorno y aprender inglés. A pesar de enfrentar burlas por su nombre y ser considerado un mal estudiante, Chouinard encontró su pasión en la naturaleza. A los 14 años se unió a un club de cetrería, donde aprendió a escalar y desarrolló un amor por la montaña que lo acompañaría toda su vida.
Después de graduarse de la escuela, Chouinard trabajó como detective privado, una experiencia que le permitió conocer a personajes interesantes, como el magnate de Hollywood Howard Hughes. Sin embargo, su verdadero interés siempre estuvo en la escalada, el surf y la innovación en la industria del equipamiento al aire libre.
El legado de Chouinard no solo radica en su éxito empresarial, sino también en su compromiso con el medio ambiente y la creación de un modelo de negocio que desafía las convenciones del capitalismo tradicional. Su generosidad y visión pueden servir de inspiración para otros, mostrando que es posible alcanzar el éxito sin perder de vista la responsabilidad hacia el planeta. Su historia es un recordatorio de que la verdadera riqueza se encuentra en la conexión con la naturaleza y en la capacidad de generar un impacto positivo en el mundo.