Israel ha intensificado su ofensiva en el sur del Líbano, donde fuerzas armadas han abatido a unos 440 milicianos de Hizbulá, según informó el portavoz militar, Daniel Hagari. Durante la operación, que comenzó en la madrugada del martes, también se reportó la destrucción de un túnel subterráneo utilizado por el grupo chií, lo que ha supuesto un duro golpe a su infraestructura.
Hagari señaló que las tropas israelíes han logrado avanzar hacia el norte, obligando a varios combatientes de Hizbulá a huir, mientras que otros han sido eliminados en enfrentamientos cercanos. Entre los fallecidos se cuentan aproximadamente 30 comandantes de la milicia, quienes perdieron la vida tanto por ataques aéreos como por combates en tierra.
Uno de los logros más significativos de esta incursión ha sido la localización y destrucción de un túnel de 250 metros de longitud, a unos 300 metros de la frontera entre Israel y Líbano. El portavoz detalló que la 98ª División del ejército fue la encargada de la operación, y en el interior del túnel encontraron centros de control, equipamiento militar y un arsenal considerable que las fuerzas Radwan, una unidad élite de Hizbulá, planeaban utilizar en una posible incursión en Israel. También se descubrieron duchas, cocina y reservas de alimentos, lo que sugiere que el túnel estaba preparado para una ocupación prolongada. Le puede interesar: Israel atacó la tercera ciudad más importante de Siria: hay heridos

La operación en Líbano no se ha limitado a incursiones terrestres. Israel ha mantenido una campaña de bombardeos sobre varias regiones del país, con especial intensidad en el sur, el valle de la Becá y los suburbios del sur de Beirut, conocidos como Dahye. Sin embargo, también se han registrado ataques en el centro de la capital.
Las operaciones israelíes, que se han cobrado la vida de nueve soldados, han causado un gran impacto en la población libanesa. Más de 2.000 civiles han muerto y alrededor de 1,2 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares debido a los intensos bombardeos.
Esta escalada en las hostilidades ha provocado una crisis humanitaria de grandes proporciones, y la comunidad internacional sigue observando con preocupación el desarrollo de los acontecimientos en la región.