Durante su habitual rezo del Ángelus, realizado este domingo 25 de agosto, desde la ventana del Palacio Apostólico, el Papa Francisco expresó su solidaridad con las personas afectadas por la viruela del mono o mpox, enfermedad que ha sido declarada una emergencia sanitaria en todo el mundo, y urgió a los gobiernos y laboratorios a proporcionar una “adecuada asistencia médica” a quienes la necesiten.
En su mensaje, el pontífice argentino manifestó su cercanía con los contagiados, haciendo especial mención a aquellos que residen en países particularmente afectados, como la República Democrática del Congo. Este país, junto con otras naciones africanas, ha enfrentado una situación crítica debido al brote de mpox, que ha generado un alto número de infecciones y muertes. “Animo a los gobiernos y a las industrias privadas a compartir la tecnología y los tratamientos disponibles para que a nadie falte una adecuada asistencia médica”, subrayó el Papa, instando a la cooperación global en la lucha contra esta enfermedad. Le puede interesar: Gustavo Petro evaluó el panorama de la viruela del mono en Colombia
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha elevado el estado de alerta sanitaria a nivel internacional debido a la viruela del mono. Esta enfermedad infecciosa se caracteriza por síntomas como la inflamación de ganglios y erupciones cutáneas, que pueden presentarse en forma de granos o ampollas, causando dolor y picor en los afectados. La rápida propagación del virus ha generado preocupación en la comunidad internacional, especialmente en África, donde se concentra el mayor número de casos.

Desde el 1 de enero, la Unión Africana ha registrado casi 21,500 casos de mpox en trece países del continente, y el número de muertes asciende a 591. Esta situación subraya la urgente necesidad de una respuesta coordinada que garantice el acceso equitativo a los tratamientos y recursos médicos, tal como lo enfatizó el papa Francisco en su llamado a la acción.
La comunidad global enfrenta un desafío significativo en contener y mitigar los efectos de esta enfermedad, y las palabras del pontífice buscan movilizar esfuerzos para asegurar que ninguna persona quede sin la atención médica necesaria.