Las autoridades mexicanas han capturado en poco más de dos semanas un total de 206 cocodrilos y alertaron que pueden aparecer más en zonas urbanas, debido al desbordamiento de ríos y presas en el fronterizo estado de Tamaulipas y a la sobrepoblación que algunas lagunas tienen de estos animales.
Este tipo de situaciones ocurren de vez en cuando en zonas lacustres, pero las fuertes lluvias de las últimas semanas, primero por la tormenta tropical Alberto y luego por el paso de Beryl, multiplicaron el fenómeno e hicieron que numerosos cocodrilos de pantano (Crocodylus moreletii) salieran de sus zonas para adentrarse en poblaciones, a veces a través de drenajes, en busca de alimentos. Lea aquí: Asesinan a tiros en Ecuador a un funcionario de la Fiscalía
El aumento de avistamientos por parte de los ciudadanos provocó muchos reportes en redes sociales y llamadas de emergencia por lo que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), junto a autoridades estatales, comenzó una “captura masiva” de estos reptiles, sujetando sus hocicos para evitar riesgos.
“Antes no se salían de sus zonas... Pero de cinco años para acá, ha sido exponencial”, apuntó el jueves David Francisco Garcés, un veterinario que tiene su propia clínica en Tampico y lleva dos décadas trabajando con fauna silvestre.
A su juicio, el motivo es que se no se ha controlado su aumento de población y después de años más secos, “ahorita subió el río y todos empezaron a salir”, dijo en conversación con AP. Lea aquí: Zelenski, en cumbre de la OTAN: “Ucrania está cerca de la adhesión”
En tres días de finales de junio, las autoridades atraparon 41 ejemplares, indicó Profepa en un comunicado.
La Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente de Tamaulipas señaló en otra nota de prensa también de esta semana que en julio se realizaron 135 capturas en los municipios de Ciudad Madero y Tampico, y 30 en Altamira.
El gobierno estatal pidió fortalecer la coordinación interinstitucional para atender un tema que ha generado intranquilidad en muchos vecinos y subrayó la necesidad de tener un “control poblacional de los cocodrilos, asegurando siempre el cuidado y respeto de la especie para su conservación, pero sin descuidar la seguridad de las personas”.