La ciudad de Kasoa, en Ghana, se ha visto sacudida por una serie de eventos tan inusuales como perturbadores.
En el transcurso de una semana, siete hombres han reportado la desaparición de sus genitales bajo circunstancias misteriosas, alegando haber sido víctimas de un hechizo tras interacciones físicas con extraños. Este fenómeno, lejos de cualquier explicación médica convencional, ha sumido a la comunidad en un estado de alarma y confusión. Lea aquí: Robo de película en EE.UU: ladrones se llevaron 30 millones de dólares en efectivo
Los afectados aseguran que no hubo violencia física ni heridas visibles que pudieran explicar la súbita ausencia de sus órganos sexuales. El más reciente de estos incidentes se produjo el lunes, cuando un joven comerciante de zapatos experimentó la pérdida de su miembro viril después de ayudar a dos hombres que se presentaron como nigerianos en busca de asistencia por problemas lingüísticos.
Durante el encuentro, uno de los hombres tocó al vendedor, desencadenando una sensación de shock eléctrico y un inmediato malestar en su región genital. Alarmado, el joven descubrió que su pene había “desaparecido”, lo que provocó una reacción de pánico y desesperación por recuperar lo perdido.
La intervención de los residentes locales llevó a la detención del supuesto culpable, quien durante el interrogatorio policial, confesó haber recurrido a poderes de brujería conocidos localmente como ‘juju’ para cometer este acto incomprensible.
Aunque el sospechoso intentó deshacer el hechizo, sus esfuerzos fueron en vano, dejando al joven vendedor en una situación desoladora. Es importante mencionar que este no es el primer caso de su tipo en la región, ya que informes anteriores han documentado incidentes similares donde, a pesar de que algunos hombres lograron recuperar sus órganos sexuales gracias a intervenciones mágicas, lamentablemente, la funcionalidad no fue restaurada por completo. Lea aquí: Los rezos no ayudaron a ‘el Viejo’: cayó uno de los más buscados en Cartagena
Este extraordinario acontecimiento ha generado una mezcla de miedo, incredulidad y fascinación tanto a nivel local como internacional, poniendo de manifiesto las complejas intersecciones entre la creencia en lo sobrenatural, la salud sexual y la seguridad pública en algunas comunidades.