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Golpe de Estado en Chile: 50 años del sangriento evento contra Salvador Allende

Augusto Pinochet lideró el violento derrocamiento del gobierno socialista de Salvador Allende, y estuvo en el poder casi 17 años.

Golpe de Estado en Chile: 50 años del sangriento evento contra Salvador Allende

Salvador Allende, saluda desde un vehículo descapotable mientras el general Augusto Pinochet avanza a caballo a la izquierda, en Santiago, Chile, el 21 de mayo de 1972. (AP Foto/archivo)

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El 11 de septiembre de 1973, hace exactamente 50 años, Chile fue testigo de uno de los acontecimientos más sombríos de su historia: un violento golpe de Estado que puso fin a una de las democracias más estables de América Latina. En ese momento, Salvador Allende, el presidente socialista, lideraba un gobierno que promovía reformas audaces, como la nacionalización de la industria del cobre y la redistribución de tierras.

Los restos de Allende estuvieron anteriormente en una tumba anónima en Viña del Mar después de 17 años.

Sin embargo, problemas económicos y una creciente polarización política llevaron a presiones de empresarios, políticos conservadores y otros sectores para que los militares intervinieran. La conspiración civil y militar, respaldada por financiamiento y operaciones encubiertas de la CIA, culminó en un golpe sangriento, una experiencia inédita para los chilenos en comparación con otros países de América Latina.

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Hoy en día, las divisiones persisten, con la izquierda y la derecha culpándose mutuamente por el colapso de la democracia. Mientras algunos líderes militares prometieron “¡nunca más!” después de esos oscuros días, la derecha minimiza las violaciones a los derechos humanos. En el 11 de septiembre de 1973, Allende se negó a abandonar el palacio presidencial, enfrentando las amenazas de la fuerza aérea.

Las fuerzas armadas y la policía tomaron el control de Santiago, la capital, y la marina se unió al golpe en Valparaíso. Allende pronunció sus últimas palabras antes de suicidarse, expresando su convicción de que su sacrificio no sería en vano.

El régimen de Pinochet, que siguió al golpe, marcó una era oscura en Chile. Miles de funcionarios gubernamentales, líderes políticos y militantes de izquierda fueron enviados a lugares remotos como la Isla Dawson, donde sufrieron trabajos forzados y torturas. Pinochet, inicialmente considerado un “constitucionalista”, asumió el poder y se convirtió en líder supremo de la nación.

Durante casi 17 años, su régimen ejerció un control totalitario, con graves violaciones de los derechos humanos. Miles de personas murieron bajo tortura o asesinadas, y casi 1500 desaparecieron. A pesar de que se realizaron investigaciones y comisiones de la verdad, la impunidad persistió para muchos responsables.

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Este oscuro capítulo de la historia chilena dejó cicatrices profundas, pero también inspiró movimientos en busca de justicia y verdad. A pesar de las divisiones, Chile sigue esforzándose por construir una democracia más sólida y enfrentar su pasado traumático.

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