Rusia considera que el suministro por parte de EEUU de bombas de racimo a Ucrania es otro paso hacia una nueva guerra mundial, mientras que recordó que en el pasado Washington dijo que el uso de estos artefactos explosivos “es un crimen de guerra”. Lea aquí: EE.UU. confirmó que enviará bombas de racimo a Ucrania
“Sin embargo, el nivel actual de provocaciones estadounidenses está realmente fuera de escala y acerca a la humanidad a una nueva guerra mundial”, afirmó el embajador.
Recalcó que EEUU “está tan obsesionado con la idea de derrotar a Rusia que no se da cuenta de la gravedad de sus acciones”.
A su juicio, con la ayuda militar que presta la Casa Blanca a Ucrania “solo provocan más bajas y prolongan la agonía del régimen de Kiev”.
“Creemos firmemente que las armas occidentales de ninguna manera obstaculizarán el camino hacia los objetivos de la operación militar especial destinada a erradicar las amenazas a la seguridad de la Federación Rusa, incluido el nazismo alimentado en Ucrania”, añadió el embajador.
En su opinión, las bombas de racimo “son un gesto de desesperación” y el suministro de EEUU de las mismas a Ucrania “hablan de la impotencia” de los socios occidentales de Kiev sobre la marcha de la guerra, que hoy cumple 500 días.
“Sin embargo, se niegan a admitir sus propios fracasos y el colapso de los intentos de las Fuerzas Armadas de Ucrania de lanzar una ofensiva contra las regiones rusas. Por eso cometen nuevas locuras”, enfatizó.
A su vez, la portavoz del Ministerio ruso de Exteriores, María Zajárova, recordó en su propio canal de Telegram las palabras de la ex secretaria de Prensa de la Casa Blanca Jen Psaki, quien habría dicho el 28 de febrero de 2022 que el uso de bombas de racimo “es un crimen de guerra”.
Es una desesperación por fracaso con la contraofensiva
El ministerio ruso de Exteriores afirmó hoy que la decisión de EEUU de enviar bombas de racimo a Ucrania es otra manifestación del “agresivo curso antirruso” de Washington y un gesto de “desesperación” ante el “fracaso” de la contraofensiva ucraniana.
“La decisión de la Administración de Joe Biden de suministrar municiones en racimo al régimen de Kiev es otra manifestación flagrante del curso agresivo antirruso de Estados Unidos, destinado a prolongar el conflicto en Ucrania y luchar hasta el ‘último ucraniano’”, señaló la portavoz de Exteriores, María Zajárova, en un comunicado.
A juicio de la diplomacia rusa, se trata de un “intento cínico de prolongar la agonía de las actuales autoridades ucranianas, independientemente de las bajas civiles”.
Y es que, en opinión de Rusia, la entrega de bombas de racimo “es un gesto de desesperación y una prueba de impotencia ante el fracaso de la tan publicitada contraofensiva ucraniana”.
Sostuvo que EEUU es muy consciente de que las promesas de Kiev de que usará estas armas indiscriminadas “con cuidado” y “responsablemente” “no valen nada”.
“Como ha sucedido cada vez que los sistemas de armas cada vez más letales de EE UU y la OTAN han sido entregados a Ucrania, los civiles estarán en peligro”, recalcó.
La portavoz indicó que la experiencia con el uso de municiones en racimo en Oriente Medio y otras regiones del mundo muestra que sus elementos pueden permanecer sin explotar durante mucho tiempo y detonar después del final de las hostilidades. Lea aquí: La OTAN pide a Rusia que no ataque la central de Zaporiyia
“Al suministrar municiones en racimo, Washington en realidad será cómplice del minado del territorio y compartirá plenamente la responsabilidad de quienes mueran a causa de las explosiones, incluidos los niños rusos y ucranianos”, añadió.