Una mujer rusa fue condenada hoy a dos años de pena suspendida por escribir una nota en la tumba de los padres del presidente, Vladímir Putin, en la que le deseaba la muerte.
Tsibaneva, de 60 años, fue declarada hoy culpable de profanar un lugar de entierro “por motivos de odio político” por el tribunal de Primorie de San Petersburgo, ciudad natal del jefe del Kremlin, según informa el portal Sota. Lea aquí: “Occidente libra una guerra real con Rusia”: Vladímir Putin
“Todo el mundo ruega por su muerte”, rezaba la nota en la que acusa a Putin de causa mucho dolor y muchas desgracias.
Dejó la nota sobre la tumba de los progenitores del presidente -Vladímir y María- el 6 de octubre, un día antes de que este cumpliera 70 años.
Según el código penal, la mujer, que al principio fue colocada bajo arresto domiciliario, podría haber sido condenada a cinco años de prisión.
La condenada reconoció haber escrito la nota de su puño y letra influenciada por una noticia que vio por la televisión, posiblemente relacionada con la campaña militar rusa en Ucrania.
Tsibaneva fue detenida cuatro días después de dejar la nota, encontrada por el guardia de seguridad del cementerio, que lo denunció ante la policía.
Lavrov acusa a la CPI de agravar los conflictos
El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, acusó hoy a la Corte Penal Internacional (CPI) de ser “una herramienta obediente” en manos de los países anglosajones y de que nunca contribuyó al arreglo de los conflictos, sino a su agravamiento.
“Este auténtico pseudotribunal, convertido en una herramienta obediente en manos de los anglosajones, continúa demostrando parcialidad política, ineficacia y falta de profesionalismo”, dijo Lavrov durante su intervención en el Foro Legal Internacional de San Petersburgo.
Lavrov resaltó que cuando le tocó intervenir en un problema regional el tribunal de La Haya “nunca contribuyó al arreglo político de los conflictos, sino que simplemente los agravó”.
El ministro relacionó la orden de detención dictada por el CPI contra el presidente ruso, Vladímir Putin, con maquinaciones promovidas por sus “patrocinadores occidentales”. Lea aquí: Zelenski está seguro de que Putin comparecerá ante la justicia
“Un buen ejemplo de la ‘independiente’ justicia en base a ‘reglas’ occidentales”, subrayó.
Subrayó que dicho comportamiento ha provocado una crisis en las relaciones entre la corte y los países africanos.
Precisamente, Putin tiene previsto viajar en agosto a Sudáfrica, país que le ha invitado a la cumbre BRICS, pero que asegura que no abandonará el Estatuto de Roma, tratado fundacional del tribunal que le obliga a detener al líder ruso en cuanto pise su territorio.
El Kremlin, quien sostiene que la orden de arresto tiene “nulo” valor jurídico, insiste en que mantendrá consultas con las autoridades sudafricanas antes de tomar una decisión.
En ese contexto, EE. UU. acusó a Pretoria de suministrar armamento a Rusia para su empleo en la guerra en Ucrania.
Después de una investigación, el Gobierno sudafricano aseguró hoy que nunca dio permiso a la entrega de armas y municiones a Rusia y que si éstas fueron a parar al barco ruso Lady R en Ciudad del Cabo, como denunció Washington, lo hicieron ilegalmente sin el conocimiento de las autoridades.
El pasado 4 de mayo el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reclamó la creación de un tribunal especial “para castigar los crímenes de la agresión rusa” durante una visita a la CPI en La Haya.
El Comité de Instrucción de Rusia incoó un caso penal contra el fiscal, Karim Ahmad Khan, y los tres jueces de la CPI, Tomoko Akane, Rosario Salvatore Aitala y el costarricense Sergio Gerardo Ugalde Godínez. Lea aquí: Rusia acusa a EE.UU. de ataque con drones al Kremlin: la Casa Blanca lo Niega
La CPI considera a Putin y también a la comisionada para los Derechos del Niño, María Lvova-Belova, “presuntos responsables” de la deportación ilegal de niños ucranianos, lo que ha sido denunciado en numerosas ocasiones por las autoridades de Kiev.
Por ese motivo, Putin ya no puede viajar al extranjero con libertad, ya que 123 países han firmado el Estatuto de Roma y otra treintena lo han suscrito, pero no lo han ratificado.