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Papa Francisco presidirá este jueves el funeral de Benedicto XVI

En el altar, además del Papa Francisco -que celebrará la misa con casi 4.000 sacerdotes- estará el cardenal decano, Giovanni Battista Re.

Papa Francisco presidirá este jueves el funeral de Benedicto XVI

Misa en honor al papa emérito Benedicto XVI en Santo Domingo. //EFE.

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El Papa Francisco presidirá este jueves 5 de enero el funeral por Benedicto XVI, al que se espera que asistan más de 65.000 personas, en una ceremonia solemne que cierra la era de la convivencia de dos pontífices en la Iglesia. Lea: Las peculiaridades del funeral de Benedicto XVI en la Plaza de San Pedro

Tras tres días de capilla ardiente, que arrancaron el lunes, dos días después del fallecimiento del papa emérito a los 95 años, en los que casi 200.000 personas se han acercado hasta la basílica de San Pedro para despedirlo, entre ellos la Reina Sofía, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y muchos cardenales, obispos y sacerdotes españoles- el Papa oficiará las exequias en la plaza de San Pedro del Vaticano.

En el altar, además del Papa Francisco -que celebrará la misa con casi 4.000 sacerdotes- estará el cardenal decano, Giovanni Battista Re. Lea: Piden que Benedicto XVI sea proclamado como Doctor de la Iglesia

Más de 1.000 periodistas de más de 30 países se han acreditado para cubrir el histórico evento que marcará el cierre de una era en el Vaticano.

Se esperan numerosos representantes ecuménicos, entre ellos los metropolitanos Emmanuel de Calcedonia y Policarpo de Italia, por el patriarcado Ecuménico de Constantinopla, así como el presidente del Departamento de Relaciones Eclesiásticas Exteriores del Patriarcado de Moscú, el Metropolitano Antonio de Volokolamsk. Sin embargado, una notada ausencia será la del Patriarca Kirill.

El funeral seguirá paso a paso lo que marca el rito ‘Ordo exequiarum Romani Pontificis’, el mismo que se usaría si fuera un pontífice reinante, como ya se hizo en el funeral de san Juan Pablo II en 2005, aunque con algunos cambios. “La base es la misma, pero hay algunos elementos que dan originalidad al rito” y “otros elementos que faltan referidos a los más específicos de un Papa reinante”, explicó el director de la oficina de prensa del Vaticano, Matteo Bruni.

Por ejemplo se prescindirán de las oraciones de súplicas finales, las de la Iglesia de Roma y las Iglesias orientales, que son muy específicas del Papa activo.

La ceremonia será “solemne, pero sobria”, tal y como ha confirmado el Vaticano en respeto de la voluntad del difunto papa emérito y solo asistirán de forma oficial las delegaciones de gobierno y presidencia de Italia y Alemania. El resto lo hacen a título personal.

En representación de Alemania, patria natal de Ratzinger, estará el canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente de ese país, Frank-Walter Steinmeier, y por parte de Italia, el presidente Sergio Mattarella y la primera ministra Giorgia Meloni.

Además de la Reina Sofía de España, asistirán los reyes Felipe de Bélgica y su esposa, la Reina Matilde, nueve jefes de Estado y cuatro primeros ministros.

También está previsto que al menos media docena de obispos españoles asistan al funeral entre ellos, el presidente, vicepresidente y secretario general de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, y el obispo auxiliar de Toledo, César García Magán, respectivamente, que acudirán en representación de la Conferencia Episcopal Española.

Para la veneración pública, Benedicto XVI descansaba sobre un catafalco, cubierto por una tela de terciopelo rojo y sostenido por dos almohadillas, con una casulla roja y lleva en la cabeza una mitra blanca adornada. Entre sus manos entrelazaba un rosario.

A diferencia de sus predecesores, no llevaba el palio papal, la cinta de lana con cruces que se pone sobre los hombros y que simboliza la potestad de gobierno en una determinada jurisdicción. De hecho, será enterrado sin vestirlo, y, en cambio, será colocado en el ataúd como se hace con los obispos eméritos.

Tampoco luce en el dedo el anillo del pescador que usó durante el pontificado. En el pasado, para evitar que alguien pudiera falsificarlo, se procedía a su destrucción inmediata justo después de confirmar su muerte. Pero en el caso de Benedicto XVI, su anillo papal fue destruido en 2013, cuando anunció su renuncia. Lo mismo sucede con la cruz pastoral, el bastón rematado con una cruz que tiene un significado paralelo al del palio.

Las puertas de la basílica de San Pedro se cerraron este miércoles a las 19:00 y se comenzó a preparar el cuerpo para el sepelio. Amigos íntimos de Benedicto XVI, entre ellos su secretario personal, Georg Gänswein, quien ha permanecido a su lado todos estos años, han estado presentes para velar su cuerpo tal y como hicieron en la capilla ardiente instalada en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano cuando falleció el pasado sábado.

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