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“Enemistad con dios”: delito por el que ejecutaron a Majid Reza Rahnavard

Irán ha ejecutado a dos jóvenes por participar en las protestas que iniciaron en septiembre por la muerte de Mahsa Amini.

“Enemistad con dios”: delito por el que ejecutaron a Majid Reza Rahnavard

Majid Reza Rahnavard, ejecutado públicamente en Irán. // Foto: Tomada de Twitter.

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Es Islam es una religión conocida mundialmente por tener reglas que para muchos rozan lo extremo. Uno de los libros más importantes por lo que se rigen los musulmanes es el Corán, cuyo libro fue escrito por el profeta Mahoma. De allí, una persona para declarar que es musulmán dice “Alá es el único Dios y Mahoma es su profeta”. Lea aquí: ¡Preocupante! Jugador iraní se enfrenta a la pena de muerte en su país

Dentro del Islam existe la palabra ‘mohareb’, la cual, según le explica a Efe el clérigo Yalal Mohebí, se define como la persona que “viola la ley divina y celestial, que es la sharía”.

El octogenario clérigo sostiene que “la ley humana puede contener errores, porque el ser humano puede cometer errores, pero dios no” y de ahí la importancia de las “leyes de dios”.

En un plano más terrenal, Mohebí define como “mohareb” a quien “ataca a otras seres humanos, bloquea calles o plazas, organiza disturbios y crea el terror y la inseguridad entre la población” y así aparece en el artículo 279 del Código Penal Islámico del país persa.

Por eso, los jóvenes Mohsen Shekari y Majid Reza Rahnavard, ambos de 23 años, fueron ejecutados por el delito de “enemistad contra dios”.

Mohsen y Majid fueron los dos primeros manifestantes en morir ahorcados por participar en las protestas, que comenzaron por la muerte de Mahsa Amini tras ser detenida por la Policía de la moral por no llevar bien puesto el velo islámico en septiembre. Le puede interesar: ¡Indignante! Joven iraní murió tras ser capturada por no llevar bien el velo

Tras casi tres meses de movilizaciones, más de 400 muertos y miles de detenidos, las autoridades han comenzado a ejecutar a manifestantes para tratar de controlar unas movilizaciones protagonizadas sobre todo por jóvenes y mujeres, que piden más libertades.

¿Qué los llevó a la muerte?

Mohsen Shekari hirió con un cuchillo a un basiji -miliciano islámico-, quien necesitó 13 puntos de sutura, bloqueó una calle y creó el terror en Teherán, según informó la Justicia iraní, lo que conllevó la acusación y condena por “enemistad contra dios“, el 8 de diciembre.

Esa ejecución provocó una oleada de críticas internacionales, además de por las dudas del acelerado proceso judicial, por el ahorcamiento de una persona por herir a otra. Lea aquí: Majid Reza Rahnavard, de 23 años, víctima de ejecución en Irán

Pero ese es el castigo previsto para los “mohareb” en la legislación iraní y que el clérigo Mohebí defiende como “adecuado”.

“El propio Dios en el Corán, que es libro de Dios y palabra de Dios, claramente ha determinado los castigo para los “mohareb”, explica Mohebí, que es representante en el norte de Teherán del líder supremo, Ali Jameneí.

Y enumeró los castigos: “matarlos, o ahorcarlos, cortarles la mano derecha y el pie izquierdo o al revés, o el destierro”, que recoge el Código Penal iraní en su artículo 282.

Ejecución Pública

Solo cuatro días más tarde de la primera ejecución, fue ahorcado públicamente Majid Reza Rahnavard, por el presunto asesinato de dos basijis en Mashad (noreste), tras ser condenado en un juicio de un día por “enemistad contra dios“.

La ejecución pública es un procedimiento que había caído en desuso en los últimos años en Irán en un intento por mejorar la imagen del país.

Irán es uno de los principales países del mundo en la aplicación de la pena de muerte, con 314 ejecuciones -la mayoría por delitos de drogas- en 2021, según AI. Le puede interesar: Irán: Policía de la moral y del hiyab llegaría a su fin tras 400 muertos

Esa ejecución volvió a provocar un aluvión de críticas y ahora se teme por la vida de otros nueve presos que han sido condenados a la pena máxima, la mayoría por “enemistad contra dios“ por crear el terror entre la población, dañar bienes públicos y herir o matar a agentes de seguridad.

Organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional, Human Rights Watch o la ONU han denunciado los juicios como “farsas”, “injustos” y una “venganza”, mientras que numerosos países occidentales han criticado las penas.

Sin embargo, las autoridades iraníes se mantienen imperturbables frente a esas críticas.

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