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Relaciones entre Arabia Saudí y EEUU, agriadas por informe de Khashoggi

El presidente de EEUU, Joe Biden, está siendo criticado por no tomar acciones directas contra el príncipe Mohamed bin Salman, pese a ser señalado como el ordenador del asesinato.

Relaciones entre Arabia Saudí y EEUU, agriadas por informe de Khashoggi

Jamal Khashoggi. AP Virginia Mayo

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La publicación del informe sobre el asesinato en 2018 del periodista saudí Jamal Khashoggi ha tensado las relaciones entre Estados Unidos y Arabia Saudí, en un momento en el que el presidente Joe Biden está revisando su romance con el principal aliado de Washington en el golfo Pérsico.

El pasado viernes, la nueva Administración estadounidense reconoció algo que el expresidente Donald Trump trató de esconder durante tres años: el príncipe heredero saudí Mohamed bin Salman (MBS), el hombre fuerte del reino, aprobó u ordenó el asesinato de Khashoggi, que fue descuartizado en el consulado saudí en Estambul.

Tras la publicación del informe, el Gobierno de EEUU anunció una serie de sanciones contra más de 70 saudíes, entre los cuales no figura MBS a pesar de ser señalado directamente en la investigación, algo que pone en duda si la relación entre ambas superpotencias va a cambiar más allá de las apariencias.

UNA RELACIÓN INCÓMODA

El lunes, Washington declaró que se reserva “el derecho” a adoptar acciones contra el controvertido príncipe heredero, después de que ONG, analistas y columnistas de importantes medios norteamericanos criticaran a Biden por no tomar acciones contra MBS.

“Este informe y el anuncio de Biden harán que sea más incómodo para las administraciones estadounidenses actuales y futuras trabajar con el príncipe heredero”, dice a Efe el director ejecutivo de la consultora Gulf State Analytics, Giorgio Cafiero.

Es y será así porque “ya no es posible que los líderes estadounidenses mantengan ninguna duda de manera oficial sobre la responsabilidad de MBS en el asesinato” de Khashoggi, algo que podría enturbiar las relaciones con el que será el futuro rey de Arabia Saudí.

Sin embargo, el analista señala que la decisión de no sancionar a MBS se ha tomado teniendo en cuenta “factores geopolíticos y de seguridad” en el golfo Pérsico.

ARABIA SAUDÍ, UN SOCIO ESTRATÉGICO

Arabia Saudí es el mayor productor de petróleo de la OPEP y cuenta con alrededor del 17 % de las reservas mundiales de crudo, mientras que en los últimos años se ha erigido como la gran potencia política de la región y, sobre todo, en uno de los más importantes clientes de la industria de armamentos estadounidense.

De acuerdo con Cafiero, sancionar a MBS supondría, por una parte, erosionar las relaciones con los saudíes y, por otra, que Riad tuviera grandes alicientes para diversificar sus relaciones con otros países, dejando de lado a Washington.

“Ninguna administración estadounidense vería como algo beneficioso que Arabia Saudí se acercara más a China o Rusia desde el punto de vista de los intereses geopolíticos de Estados Unidos”, señala, y añade que Biden cree que es importante preservar la buena relación con Riad.

BIDEN, CONTRA SUS PROPIAS PALABRAS

Después de llevar una campaña electoral agresiva contra Arabia Saudí, a la que tachó de Estado “paria” por los abusos de derechos humanos, los analistas critican que Biden haya dado marcha atrás por miedo a que las relaciones con los saudíes se enfríen y eso acabe repercutiendo en los intereses de EEUU en el golfo.

Con su llegada a la Casa Blanca, el presidente anunció que retiraría el apoyo a la coalición árabe capitaneada por Riad que interviene en el Yemen desde 2015 y que eso supondría una paralización temporal, pendiente de revisión, de la venta de armas al reino.

Además, Biden le ha dado un giro a la relación con los saudíes respecto a su predecesor: anunció que ya no se comunicaría directamente con MBS, como había hecho hasta entonces Trump, y que lo haría con su homólogo, el octogenario rey Salman bin Abdulaziz al Saud.

Sin embargo, toda esta batería de medidas solo suponen “un cachete en la muñeca” de MBS, dice a Efe Michael Eisner, asesor y director de operaciones de la ONG con sede en EEUU DAWN, fundada por el mismo Jamal Khashoggi.

TODO SIGUE IGUAL

Biden ya había anunciado su intención de “recalibrar” el romance que tuvo Trump con Arabia Saudí, pero eso “no significa una ruptura”, añade Eisner, que también fue asesor del Departamento de Estado estadounidense para asuntos de Oriente Medio.

“Ahora vemos que el ‘status quo’ va a prevalecer. Al decidir no sancionar a MBS, la Administración Biden ha mandado un mensaje a Arabia Saudí y al mundo de que las cosas van a continuar de la misma forma”, añade.

Eisner asegura que los cambios o “recalibraciones” ejercidas por Biden hasta el momento son, en la práctica, “insignificantes” en cuanto a la relación entre ambas potencias. “Todo va a seguir igual con Arabia Saudí”, sentencia.

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