“El Líbano está despierto, la gente no logra conciliar el sueño, los hospitales están colapsados, hay colombianos en Beirut, y de ellos no se sabe que pasó, allí está la Embajada de Colombia”.
Es el relato que nos hacía la noche de este martes en Colombia, a través de WhatsApp, la periodista cartagenera María Alejandra Castilla, exreportera del diario El Universal de Cartagena.
Ella reside en la ciudad de Zahle, a 51 kilómetros de distancia y una hora de recorrido en carro desde la capital libanesa, donde ayer una devastadora explosión por la combustión de 2.750 toneladas de nitrato de amonio, en el puerto de Beirut, asoló a esta urbe con saldo parcial de más de 70 muertos y 3.700 heridos.
Con María Alejandra conversamos a las 6:30 de la noche de este martes en Colombia, 2:30 de la madrugada del miércoles 5 de agosto en Beirut.
“Eran las 6 de la tarde –martes, en Líbano; 10 de la mañana en Colombia– cuando se sintió la explosión y fue tan grande que se escuchó en países vecinos como Chipre”, dice la colega.
Narra que el siniestro se inició con un pequeño incendio en el puerto y que a ese primer llamado acudió un grupo de respuesta de los bomberos de la ciudad, quienes ahora se encuentran desaparecidos tras las enorme explosión que le siguió y que se reflejó en el cielo en forma de una inmensa nube en forma de hongo elevándose hacia el cielo, tal como todo el planeta lo viera por las imágenes de televisión.
“Mucha gente pensó que era un terremoto, porque todo tembló alrededor del epicentro de la explosión, las ventanas de muchos edificios se rompieron”.
Agrega la periodista cartagenera que el estruendo fue tan grande que se escuchó hasta el sur de la pequeña República del Líbano –este país asiático es un convulso territorio de 10.400 km²–, en límites con Israel.
El gobierno le ha pedido la gente “a todas las personas que puedan, evacuar Beirut, porque el aire está extremadamente contaminado por la explosión, no se puede respirar, es un aire tóxico; le han recomendado a la gente cerrar las ventanas y que se duche”, dice.
Aunque el reporte del Ministerio del Interior libanés era de al menos 3.700 heridos y 73 muertos, María Alejandra Castilla explica que “en muchos de los edificios cercanos al sitio del estallido había gente atrapada, hubo personas que perdieron algunas de sus extremidades, vehículos volcados, todo ha sido un caos”.
“La parte mas lujosa del Centro de Beirut, llamada Ver Tahun-Tahun, la cual era una de las más dañadas durante la guerra civil y que fue reconstruida por una empresa que se llama Solidere, quedó destruida con esta explosión”, dice Castilla y calcula que el 20% de la capital libanesa quedó devastada.
COLAPSO HOSPITALARIO
“La red hospitalaria del país está colapsada, especialmente la de Beirut. Se les ha pedido a las farmacias atender a los heridos que estén menos graves; se han utilizado los parqueaderos y las afueras de los hospitales para atender a los heridos, porque no hay capacidad en los hospitales. Han trasladado los heridos a otras ciudades”, cuenta la periodista.
María Alejandra reitera que la población libanesa no concilió el sueño durante la tensa noche de este 4 de agosto, y que este miércoles 5 fue declarado de luto nacional y también se decretó el estado de emergencia nacional en Líbano durante las siguientes dos semanas.
