Con el fin del confinamiento por la pandemia, las residencias y colegios mayores españoles preparan sus instalaciones para garantizar la seguridad de los cientos de estudiantes, tanto nacionales como extranjeros, que cada año acuden a ciudades como Madrid o Barcelona para formarse.
El año pasado, España recibió a 130.000 estudiantes extranjeros, que se alojaron en residencias, colegios mayores y pisos particulares.
Debido a la emergencia sanitaria por la COVID-19, que hasta el momento ha infectado a 241.717 personas y ha costado la vida a 27.136, sus propietarios estudian la implementación de medidas necesarias para que la vuelta al curso en septiembre se haga con todas las garantías de seguridad.
“La única cosa que tenemos que vigilar son las áreas comunes”, señaló a Efe Cássio Roberto de Almeida, director del Colegio Mayor Casa do Brasil, en Madrid, quien detalló que, actualmente, las medidas para el curso que viene “ya se están aplicando”.
El centro, que tiene capacidad para entre 120 y 130 personas, recibe anualmente a estudiantes procedentes de Brasil, República Dominicana, Palestina, China y Japón, principalmente.
“Reduciremos el aforo del comedor, donde se junta más gente, poniendo también gel hidroalcohólico y marcas en el suelo para mantener las distancias de seguridad”, detalla.
Además, el aforo también se verá reducido en áreas de entretenimiento, como las salas de televisión, el gimnasio o las bibliotecas.
MEDIDAS PERSONALIZADAS PARA CADA COLEGIO
“La suerte que tenemos es que las habitaciones son individuales y tienen baño interno, con lo que no hay que hacer grandes modificaciones”, explica Almeida.
Sin embargo, otros colegios mayores o residencias tienen habitaciones y baños compartidos.
“En el caso de que en las habitaciones dobles no haya más de dos metros entre camas, entendemos que no se deben utilizar”, señala a Efe Gabriel Beltrán, director del Colegio Mayor Alcalá y también presidente de la Asociación de Colegios Mayores de Madrid.
Beltrán detalla que, desde la Asociación, “se ha realizado una guía” con el objetivo de que “cuando empiece la actividad, se pueda vivir con la mayor seguridad posible”.
Esta guía, con una serie de pautas generales, se adaptará a la realidad habitacional de cada Colegio Mayor.
En el Colegio Mayor Alcalá, por ejemplo, “haremos control de temperatura en la puerta y se entrará al comedor con guantes y mascarilla, que se repartirán en la puerta”, dice su director
También “se recomendará, en los primeros meses de curso, pasar más tiempo en la habitación, que se limpiará con lejía rebajada”, añade Beltrán.
LOS ESTUDIANTES COMPARTEN SUS EXPERIENCIAS
Leticia Rodríguez, estudiante brasileña de Arquitectura de 28 años, ha vivido los meses de confinamiento durante la pandemia en el colegio Do Brasil, una experiencia que califica como “muy buena”.
“Me siento afortunada por haber estado aquí”, explica a Efe: “mis amigos estaban en pisos pequeños y yo en un sitio grande, con jardín, donde podía salir a tomar el sol”.
Con respecto al curso que viene, Rodríguez cree que la situación “va a cambiar un poco”, sobre todo en “el uso de las áreas comunes, que va a estar más restringido”.
Rodríguez, que renovará su plaza en el colegio, pertenece al grupo de estudiantes internacionales que afrontan el próximo curso con más incertidumbres que certezas.
“Vendrá menos gente de otros países, es lo lógico”, reconoce Almeida, quien descarta aplicar criterios específicos de selección en base al país de procedencia de los colegiales.
“En el momento en que esa persona entre en España, el responsable será la migración española. Nosotros no somos migración y adoptaremos las medidas normales”, subraya.
Sin embargo, Beltrán no cree que las llegadas se vean afectadas, porque los colegios mayores dan “seguridad a la familia”.