En la tecnológica Taiwán, la modernidad convive con tradiciones ancestrales como la religiosidad popular, la adivinación y la consulta a los dioses, especialmente por parte de los políticos, quienes buscan constantemente pistas sobre su futuro.
La última excentricidad de esta guisa la protagonizó el magnate Terry Gou, presidente de Foxconn, el principal fabricante de dispositivos de Apple, quien se subió a su avión privado para volar a Estados Unidos abrazado a una estatua de la venerada diosa Mazu, conocida también en la isla como Reina del Cielo y Santa Madre.
Gou aseguró entonces que este episodio singular se debió a que la deidad le había pedido en sueños que por favor se presentase a las próximas elecciones presidenciales de 2020.
Mientras, la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, y todos los posibles candidatos presidenciales a estos comicios asistieron el mes pasado a la procesión de la diosa, con más de 300 kilómetros de recorrido a pie por el centro y el sur de la isla.
Incluso el político Zhang Anle, partidario de la reunificación con China y que no se prodiga mucho en público, acudió a las peregrinaciones, portando a hombros el palanquín del ídolo isleño, lo que provocó disturbios que se saldaron con cinco heridos.
Pero no todos gozan de delirios de grandeza ni de sueños con deidades, pues la mayoría de los mortales acuden por su cuenta y riesgo a templos y adivinos para recibir respuestas celestiales.
En la capital de Taipéi, el centro neurálgico de la adivinación se encuentra en el templo de Longshan -uno de los 12.000 que tiene la isla-, donde conviven budas con dioses taoístas.
“He venido por asuntos de amor. Necesito aclarar mi relación con una chica”, comenta a Efe Jerry Lu, un chico de unos veinte años.
Mientras los jóvenes visitan los templos en época de exámenes o para buscar asesoramiento sobre temas sentimentales, los mayores lo hacen para decidir sobre negocios o por motivos de salud.
Con todo, el matrimonio acapara la mayoría de las consultas, que van desde la compatibilidad de la pareja al día propicio para la boda, apunta Jenny Lu, propietaria de una tienda cercana a Longshan.
Por eso no son de extrañar las colas de miles de personas en los templos, ante los ojos de los dioses del Amor y de los Estudios, en busca de la media naranja o del éxito en las próximas oposiciones.
Sin embargo, el modo de consulta más extendido es el “bwabwei”, en el que se anuncia a los dioses el nombre y la fecha de nacimiento, se hace la pregunta deseada, se toma una varita con un número, se tiran dos medias lunas y, si caen del modo adecuado, se encuentra la respuesta en un libro de oráculos numerados.
“Como es gratis, es lo más socorrido cuando necesitas tomar una decisión, aunque, al final, como la respuesta del libro no es clara, se suele acudir a los expertos del templo para que la expliquen. Luego se les da una donación”, señala a Efe Lu Wen-an, un feligrés.
“Pues no me caso”, grita de pronto Jerry Lu tras consultar el oráculo, desvelándonos así su pregunta secreta.
Quienes necesitan ayuda pero no gustan del “bwabwei” disponen frente a Longshan de una avenida llena de adivinos callejeros.
Allí, Carol Wu practica la adivinación con pájaros.
“Quieren saber qué pasará sobre su carrera profesional, sobre el amor... a veces tienen miedo sobre qué deparará el año venidero, o dentro de diez años. Quieren consejo sobre cómo controlar el futuro”, ilustra Wu a Efe.
La tradición china ofrece diferentes tipos de adivinación, como la lectura de las líneas de la mano o la ancestral técnica del I Ching, el libro de las mutaciones, pero Wu prefiere el de las aves.
“Da respuestas a seis meses... es buena para dar consejos”, dice, y detalla que además son “más exactos” que otros métodos como el de la lectura de los rasgos faciales, que ahora están “muy modificados por los cosméticos”.
Así, una vez el cliente lanza su consulta, el adivino abre la jaula, frente a la que hay una multitud de cartas, y el pájaro elige tres con su pico.
En este caso, sale una de lluvias y un bote que cruza un río, una de la diosa Mazu con otra deidad, y otra de un corro de personas.
“Afrontarás problemas, pero hay gente que te ayudará. Sin embargo, en temas familiares es importante que hables suave, que cooperes”, sentencia la maestra.
No es de extrañar, pues, que todo lo que rodea a la religiosidad taiwanesa trate de responder a lo que más interesa a los isleños: cómo manejar las fuerzas naturales para lograr más éxitos en el trabajo y el amor, y procurar una vida longeva.