La visita que realizará el martes por varias zonas costeras de ese estado tras el paso del huracán Sandy le da la oportunidad de apuntarse un punto político que lo ponga por delante de las polémicas que han agobiado recientemente a la Casa Blanca. (Lea más sobre huracán Sandy)
Acompañado por el gobernador republicano Chris Christie, Obama resaltará la colaboración bipartidista, el gobierno efectivo y las oportunidades económicas gracias a la recuperación de las zonas costeras de ese estado.
Para el mandatario será una oportunidad de modificar la dirección del panorama político tras dos semanas de hacer frente a las consecuencias de la respuesta de su gobierno a los ataques terroristas de septiembre contra el consulado estadounidense de la ciudad libia de Bengasi, donde murió el embajador; de la singularización de grupos conservadores por parte del Servicio de Rentas Internas (IRS, por sus siglas en inglés), y de la revisión que hizo el Departamento de Justicia de los registros telefónicos de varios periodistas como parte de una investigación sobre filtraciones.
La visita tiene lugar en momentos en que el Congreso se encuentra en receso por el Día de los Caídos en Guerras, un feriado que probablemente silenciará temporalmente las críticas de los republicanos por esos tres escándalos. Además, se lleva a cabo apenas días después de que Obama intentara cambiar de tema en Washington con un discurso sobre el uso de aviones teledirigidos y la reanudación de su promesa de clausurar el reclusorio naval de Guantánamo en Cuba.
Obama viajó a Oklahoma el domingo para presenciar el daño causado por un tornado reciente y consolar a las víctimas de la mortífera tormenta.
Para Christie, la llegada del presidente es una forma más de exhibir su querida costa de Nueva Jersey. El gobernador la ha estado promocionando este fin de semana como un atractivo turístico completamente recuperado tras el paso de Sandy.
El viernes marcó un hito en el Libro de Récords Guinness al cortar una cinta inaugural de 8,8 kilómetros (5,5 millas) de longitud que unió simbólicamente algunos de los poblados más golpeados por Sandy. El estado cuenta con un plan de mercadeo de 25 millones de dólares para impulsar los atractivos costeros a tiempo para la temporada de vacaciones.
Ambos hombres mostrarán de nuevo el notable espíritu bipartidista que ofrecieron tras el paso de Sandy, cuando Obama voló a Nueva Jersey días antes de las elecciones para presenciar los daños.
En el terreno político la visita favorece tanto al mandatario como a Christie.
El gobernador, que aspira este año a la reelección, estará hombro con hombro con un presidente popular entre los demócratas en un estado que se inclina por ese partido. Y Obama, que libra un duelo con los republicanos del Congreso en varios frentes, mostrará solidaridad con un funcionario republicano popular.
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