La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, pidió el viernes a Argelia tener "precaución extrema" para preservar la vida de los rehenes retenidos en una planta de gas en el desierto argelino, afirmando que los cautivos estaban "aún en peligro" y en una "situación extremadamente difícil".
"Debe tenerse precaución extrema para preservar la vida de personas inocentes", dijo Clinton en rueda de prensa tras reunirse con el ministro de Asuntos Exteriores de Japón, Fumio Kishida.
La jefa de la diplomacia estadounidense dijo durante la conferencia que se había comunicado con el primer ministro argelino, Abdelmalek Sellal, precisamente para transmitirle ese pedido.
Según Clinton, Sellal "ha dicho claramente que la operación seguía en curso, que la situación seguía siendo cambiante y que los rehenes seguían en peligro".
La "situación es extremadamente difícil y peligrosa", insistió Clinton.
Clinton se negó a hacer un balance de eventuales víctimas estadounidenses, pero presentó las "condolencias de Estados Unidos a todas las familias que perdieron seres queridos en ese brutal ataque" y expresó la "profunda preocupación" de Washington "por los que siguen en peligro".
La suerte de varios rehenes extranjeros seguía siendo incierta este viernes tras un asalto del Ejército argelino contra un complejo gasífero en el sur de Argelia, donde los secuestradores, miembros de un grupo armado cercano a Al Qaeda, seguían parapetados.
Según fuentes islamistas citadas por la Agencia mauritana Nuakchott Información (ANI), el comando islamista que tomó una planta de gas en el desierto argelino todavía retiene a siete rehenes extranjeros (tres belgas, dos estadounidenses, un japonés y un británico).
El ejército de Argelia ha sido criticado por varios países por lanzar una operación de rescate aparentemente sin consultar a los países de origen de los rehenes, ni informarlos posteriormente.
Japón ha criticado abiertamente la operación argelina. Convocó al embajador argelino para pedirle más información sobre la suerte de sus ciudadanos, en tanto el primer ministro Shinzo Abe acortó un viaje por el Sudeste Asiático.
"Japón adopta la posición de que el terrorismo es definitivamente intolerable e inadmisible", dijo Kishida en la conferencia de prensa conjunta.
"El gobierno del Japón ha venido solicitando al gobierno de Argelia dar máxima prioridad a garantizar la seguridad y la vida de los rehenes", dijo.
