Políticos y organizaciones conservadoras han lanzado una campaña que busca descarrilar un paquete por 50.700 millones de dólares que los gobernadores y legisladores del noreste tratarán de impulsar en la Cámara de Representantes la próxima semana para dar ayuda a los damnificados por la supertormenta Sandy.
Los grupos contrarios a la iniciativa de ayuda señalan que mucho dinero incluido en ésta se destinará en realidad a las labores de recuperación relacionadas con otros desastres, así como a proyectos diversos que no están vinculados con la devastación causada por Sandy a finales de octubre.
Una versión aprobada por el Senado antes de que concluyera sus labores la legislatura anterior incluía 150 millones de dólares para un apartado descrito por el Departamento de Comercio como desastres de pesca en Alaska, Misisipí y el noreste del país, así como 50 millones en subsidios para plantar árboles en terrenos afectados por incendios forestales.
Las objeciones llevaron a que algunos de los republicanos de mayor rango en la Cámara de Representantes integraran su propia propuesta por 17.000 millones de dólares. Combinada con los fondos ya aprobados para el pago de seguros contra inundaciones, esa iniciativa representaría menos de la mitad del dinero que buscaba el presidente Barack Obama y que el Senado aprobó en diciembre.
Ese paquete por 17.000 millones de dólares será planteado ante el pleno por el Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes, y los legisladores del noreste del país tendrán por su parte la oportunidad de añadir 33.700 millones de dólares al paquete.
El líder de la cámara baja John Boehner está dispuesto a que los representantes voten sobre ambas medidas. Ha buscado complacer así tanto a los conservadores que se oponen a más gasto público que agrave el déficit fiscal como a los gobernadores Andrew Cuomo de Nueva York y Chris Christie, quienes están indignados por las demoras de los congresistas para autorizar la ayuda a las víctimas de Sandy.
El descontento de los gobernadores ha trascendido fronteras políticas. Cuomo es demócrata y Christie republicano.
Los detractores han apuntado sus dardos particularmente contra 12.100 millones de dólares incluidos en una enmienda al otorgamiento de fondos en bloque para el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano. Cualquier estado donde el gobierno federal haya declarado una zona de desastre en 2011, 2012 o este año podría obtener parte del dinero. Prácticamente todos los estados se encuentran en esa situación, dijo Stephen Ellis, vicepresidente de Taxpayers for Common Sense, una organización que busca reducir el gasto público y evitar el alza de impuestos.
Según Ellis, sólo Carolina del Sur, Arizona y Michigan estarían excluidos de la posibilidad de obtener esos recursos.
“No es algo despreciable si estás buscando que otros legisladores voten por la iniciativa”, dijo Ellis.
Los gobiernos estatales y locales prefieren las asignaciones de fondos en bloque, porque permiten una mayor flexibilidad al determinar la forma en que se gasta el dinero. Los fondos podrían atender varias necesidades, incluyendo hospitales, electricidad, agua, carreteras, pequeñas empresas y subsidios para alquilar vivienda.
