La jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, y el presidente francés François Hollande intentan superar divergencias sobre la crisis del euro, en una cumbre este jueves en Berlín, en momentos en que Grecia pide un alivio a las medidas de austeridad que se le impone.
Este encuentro será una etapa mas de una serie de consultas europeas centradas en Grecia, que desea una flexibilización de las condiciones exigidas a cambio de su rescate financiero.
Los dos dirigentes prevén reunirse a las 17H00 GMT para una cena de trabajo. No está prevista ninguna conferencia de prensa, solamente una declaración a la llegada del presidente francés a la cancillería, lo que permitirá soslayar las diferencias entre los dos países.
Grecia, que sufre su quinto año de recesión, debe reducir sus gastos en 11.500 millones de euros mediante drásticos cortes presupuestarios y reformas estructurales, que le permitirían recuperar retrasos sufridos en su ajuste presupuestario.
El primer ministro griego Antonis Samaras quiere obtener una prórroga de dos años que postergue hasta 2016, en lugar de 2014, el retorno al equilibrio presupuestario. Así podrá limitar los efectos de la recesión que azota al país.
“Estamos seguros de que se restablecerá la credibilidad del país”, dijo Samaras el miércoles durante una reunión en Atenas con el presidente del Eurogrupo Jean-Claude Juncker.
“Lo único que queremos es un poco de aire para respirar, para poner de nuevo en marcha la economía y aumentar los ingresos del Estado”, añadió, pero garantizó cumplir los compromisos del país.
Juncker manifestó su apoyo a Grecia aunque con la condición de que se esfuerce más en sanear sus cuentas. Confirmó la posibilidad de acordar a Atenas una prórroga, pero dijo que ello dependerá del informe que deben presentar en septiembre los acreedores institucionales del país (UE, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional).
Los representantes de esa “troika” evaluarán en su informe el avance de las medidas de rigor adoptadas por Grecia para reducir su déficit.
“Ahora, la pelota está en el terreno de los griegos. De hecho, es la última oportunidad y los griegos deben saberlo”, remachó Juncker.
Samaras se entrevistará el viernes con Angela Merkel en Berlín, y con François Hollande el sábado en Paris.
No obstante, Alemania mantiene una una posición aparentemente inflexible ante Grecia. Dar “mas tiempo (a Atenas) no es una solución al problema. Mas tiempo significa (...) mas dinero”, aseguró, rotundo, este jueves el ministro de Finanzas alemán Wolfgang Schauble, en una radio de su país.
“Hay que ser comprensivo ante la situación que vive Grecia”, pero es obvio que Atenas “ha perdido mucho tiempo” debido a la convocatoria de sucesivas elecciones para formar gobierno, añadió Schauble, cuya posición es igual a la de la canciller Merkel.
Frente a una Francia mas tolerante, Alemania rechaza de momento una renegociación del plan de ayuda a Grecia, y se limita a reiterar que no decidirá nada antes de la publicación del informe de la “troika” en septiembre.
Del informe de la troika dependerá la entrega a Atenas de un tramo de 31.500 millones de euros en préstamos, bloqueados desde hace meses. Sin ese dinero, Grecia podría hallarse en una situación de suspensión de pagos, lo que podría causar su salida de la zona euro, según algunos analistas.
“Una +Grexit+ (de Grecia y 'exit', salida), como se la llama, sería devastadora para Grecia y perjudicial para Europa”, declaró Samaras en una entrevista este jueves al diario francés Le Monde. “La conmoción social podría ser muy contagiosa en otros países europeos”, explica.
“(...) Añadamos desde luego la reacción de los mercados financieros, que anticiparían la salida de otros países europeos, provocando un efecto dominó” añade Samaras, quien califica esa eventualidad de “pesadilla geopolítica”. (Lea más sobre la economía europea)
