El nuevo presidente tunecino, Moncef Marzuki, prestó juramento el martes en Túnez ante la Asamblea Constituyente y luego de instalarse en el Palacio Presidencial de Cartago anunció que iba a nombrar al islamista Hamadi Jebali en el cargo de primer ministro.
“Hamadi Jebali será designado mañana miércoles jefe de gobierno”, declaró a la prensa Marzuki, que agregó que los responsables políticos iban a concertarse para la formación de un nuevo gabinete.
Hamadi Jebali es el número dos del partido islamista Ennahda.
Marzuki, vestido con un albornoz de color castaño claro por encima de una chaqueta azul, prestó juramento con la mano posada sobre el Corán ante los 217 diputados de la Asamblea Constituyente y las principales autoridades del Estado.
“Seré garante de los intereses nacionales, del Estado de derecho y de las instituciones. Seré fiel a los mártires y a los objetivos de la revolución”, declaró Marzuki al prestar juramento sobre el Corán.
El nuevo presidente prometió ser el “presidente de todos los tunecinos” y no “escatimar ningún esfuerzo” por mejorar la vida de sus compatriotas.
Marzuki se comprometió a garantizar el “derecho a la salud, el derecho a la educación y los derechos de las mujeres”.
“Nuestra misión es promover la identidad árabo-musulmana y estar abierto al exterior, proteger las mujeres veladas y las muchachas en niqab como a las no veladas”, afirmó Marzuki, haciéndose eco del temor que provoca entre los “modernistas” la llegada al poder del partido islamista Ennahda.
Visiblemente emocionado, Marzuki rindió homenaje a los “mártires de la revolución”.
“Sin su sacrificio, no estaría aquí, en este lugar”, dijo con lágrimas en los ojos, y luego evocó la lucha de los pueblos sirio y yemenita.
“El principal desafío es concretar los objetivos de la revolución. Otras naciones nos miran como un laboratorio de la democracia”, agregó.
El presidente lanzó un llamado a la “reconciliación” en Túnez y exhortó a la oposición a que “participe en la vida política y no se limite a un papel de observador”.
Marzuki fue designado presidente por la Asamblea Constituyente elegida el 23 de octubre pasado, pero la oposición votó en blanco por considerar que la función presidencial fue despojada de sus poderes.
El nuevo presidente, rindió homenaje a su predecesor, Fuad Mebazaa y al primer ministro saliente Beji Caod Essebsi, que dirigieron el país desde el derrocamiento de Ben Alí el 14 de enero pasado.
Marzuki también saludó al jefe de estado mayor de las Fuerzas Armadas, el general Rachid Ammar, que fue calurosamente aplaudido en el hemiciclo.
El futuro primer ministro, el islamista Jebali, someterá a la aprobación de la Asamblea Constituyente su gobierno, cuya composición está casi completa, según las fuentes políticas, antes del fin de semana.
Marzuki asumió sus funciones casi exactamente un año después del inicio de la revuelta tunecina, desencadenada el 17 de diciembre de 2010 por el suicido de Mohamed Buazizi, un joven vendedor ambulante de Sidi Buzid, una ciudad pobre del centro de Túnez.
En las manifestaciones que llevaron al derrocamiento de Ben Alí murieron unas 300 personas, según cifras de la ONU.
Marzuki ejercerá su mandato en un contexto muy delicado para el país, golpeado por una crisis económica y social sin precedentes, con un crecimiento nulo en 2011 y una tasa de desempleo que superará el 18% de la población activa, según las últimas previsiones del Banco Central de Túnez.
