Guatemala, con un saldo parcial de 34 muertos y casi medio millón de afectados, y El Salvador, con 32 fallecidos, son los dos países más golpeados por un temporal con pocos precedentes y que los expertos consideran una prueba más de los efectos del cambio climático.
Dos centros de baja presión sucesivos, el primero en el Pacífico y el segundo en el Caribe, ocasionaron las incesantes lluvias con saldos además de 13 muertos en Honduras, doce en Nicaragua --donde existe temor al desborde del gigantesco lago que bordea Managua-- y otros cuatro fallecidos en Costa Rica.
Este martes, al anunciar que el número de víctimas subió de ocho a doce en Nicaragua, la primera dama Rosario Murillo manifestó su “profundo dolor” por las muertes mientras el viceministro de Relaciones Exteriores, Valdrack Jaentshke, anunció que el gobierno se reunió con representantes de países cooperantes para pedir apoyo financiero para encarar la crisis humanitaria.
El presidente salvadoreño, Mauricio Funes, había advertido el lunes que su país vive “una de las mayores emergencias” que la población ha debido enfrentar. Basado en cifras de los servicios meteorológicos, dijo que en algunos sectores las lluvias llegaron en una semana a 1.200 milímetros, el triple de la media mensual en esta temporada.
Una lluvia de 1.200 milímetros equivale a la caída de 1.200 litros de agua por cada metro cuadrado de territorio, que además al ser montañoso, drena como fortísimos torrentes.
Más allá de Nicaragua y El Salvador, en la región suroccidental de Guatemala en la última semana cayeron más de 650 milímetros de lluvia, y sobre la costa del Pacífico otros 600 milímetros, mientras en la costa Pacífico de Costa Rica superaron los 550 milímetros.
Considerada por Naciones Unidas una de las regiones más afectadas por el cambio climático, los desastres naturales provocaron en América Central en 40 años más de 50.000 muertos y decenas de miles de millones de dólares en pérdidas, según un estudio de universidades europeas y latinoamericanas.
Las lluvias además provocaron severas pérdidas en las cosechas de granos básicos.
En Honduras se contabilizan las pérdidas de 8.000 hectáreas de cultivos, y en Guatemala (donde el 15% de la población sufre desnutrición) los reportes parciales de diferentes comunidades preanuncian enormes pérdidas en las cosechas de maíz y frijol.
Los daños afectan además a miles de casas, miles de kilómetros de carreteras y decenas de puentes, entre otras obras de infraestructura básica con costos de reparaciones estimados en decenas de millones de dólares.
Un trabajo de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) titulado “La economía del cambio climático” señala que las pérdidas económicas ocasionadas en América Central por el calentamiento global rondarán el 10% del PIB regional hacia el año 2050.
“El cambio climático no es algo que va a venir, lo estamos sufriendo, esto (el temporal) es una evidencia más de la vulnerabilidad que nos está llevando a niveles inciertos de afectación, con la cual nuestras sociedades van a tener que convivir”, declaró el técnico de la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD) Raúl Artiga a la AFP.
