El Salvador, donde murieron al menos 32 personas, y Guatemala, con 29 fallecidos y seis desaparecidos, son los dos países más golpeados por las lluvias desatadas por dos centros de baja presión sucesivos, el primero en el Pacífico y el segundo en el Caribe.
Los balances oficiales provisorios, que amenazan con crecer más debido al riesgo de aludes en esta región montañosa y con los suelos saturados de agua, también dan cuenta de 13 muertos en Honduras y otros 8 en Nicaragua.
Los servicios meteorológicos propinaron ayer un nuevo golpe bajo a 42 millones de centroamericanos, ya que la persistencia del centro de baja presión sobre el Caribe prolongó otras 24 horas (hasta mañana) el pronóstico de lluvias.
Pero además el anuncio de un frente frío procedente de Estados Unidos, que comenzaría a sentirse el jueves, sumó una preocupación sanitaria en una región con altos índices de pobreza y desnutrición y donde miles de familias campesinas perdieron viviendas y cosechas.
“El ingreso del frente frío podría provocar un cambio gradual en las condiciones del clima”, dijo a la AFP la meteoróloga salvadoreña Lorena Soriano, del Servicio Nacional de Estudios Territoriales (SNET).
Piden ayuda internacional
Los gobiernos declararon estados de calamidad y lanzaron pedidos de ayuda a la comunidad internacional.
En Guatemala el vicepresidente Rafael Espada informó sobre un nuevo deceso, lo que elevó la cifra a 29 muertos y seis desaparecidos, además de 155.000 afectados y más de 8.000 viviendas dañadas.
En Honduras el presidente Porfirio Lobo había declarado también el domingo un estado de emergencia para el sur del país, fronterizo con Nicaragua.
En Nicaragua, donde la mayoría de los problemas se registraban en las zonas norte y Pacífico, se sumó la preocupación por el riesgo de desborde del gran lago Xolotlán, cuya costa sur baña Managua.
