“Lo fueron a asesinar a su negocio, llegó un hombre y le infirió seis balazos; este es un crimen político que (el presidente) Porfirio Lobo debe investigar”, dijo a la AFP el dirigente del FARP Rasel Tomé.
Sadloo es uno de los activistas que acompañó a Zelaya en la sede de la embajada de Brasil, donde el ex gobernante se refugió al regresar clandestinamente a Honduras, el 21 de setiembre de 2009, tres meses después del golpe que lo sacó del poder en junio de ese año.
Zelaya salió al exilio a República Dominicana el 27 de enero de 2010, cuando Lobo tomó posesión, y regresó a Honduras el 28 de mayo de 2011.
Cuando Zelaya regresó del exilio, Sadloo subió al estrado para que el expresidente y líder del FARP le cortara la barba, que se negaba a afeitarse en señal de protesta por el golpe.
Sadloo, de 55 años, nació en Guyana en el seno de una familia de emigrantes de India. En 1976, a los 20 años, se mudó a Honduras, donde se casó con una hondureña y tuvo 10 hijos.
Era propietario de una venta de neumáticos (llantas) de automóvil en el bulevar Suyapa, al este de Tegucigalpa, el cual atendía personalmente.
De larga y canosa cabellera atada con una cinta roja y negra y de abundante barba, Sadloo se hizo muy popular en el Frente de Resistencia porque se colocó siempre en primera fila en las manifestaciones de protesta contra el golpe de Estado.
La mañana de este miércoles, Sadloo participó en la última movilización del FARP, en la que un grupo de activistas protestó frente al edificio de la Corte Suprema de Justicia contra la prisión domiciliaria y la fianza de 1,4 millones de dólares impuesta por los tribunales a Enrique Flores, exministro de Zelaya.
Zelaya advirtió en rueda de prensa al gobierno de Lobo que la muerte de Saddlo “viola el Acuerdo de Cartagena” firmado en mayo con el actual mandatario con la mediación de los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos, y Venezuela, Hugo Chávez, que le permitieron el regreso del exilio.
Pero Lobo respondió en rueda de prensa que “de parte del Estado no hay ningún interés de perseguir a nadie y mucho menos quitarle la vida” y manifestó su voluntad de “ponerle fin a estos crímenes dando con los responsables”.
En la misma rueda de prensa con el presidente, el jefe de la policía de investigación, Marco Tulio Rivera, anunció que las autoridades ya cuentan con “un retrato hablado” del victimario “que se va a dar a los medios de comunicación”.