“La Alta Comisionada condena la utilización reiterada de bombas racimo y armas pesadas por las fuerzas del gobierno libio en su tentativa de retomar el control de la asediada ciudad de Misrata”, indicó un comunicado.
El 15 de abril, la organización no gubernamental Human Right Watch había mencionado por primera vez la utilización de bombas racimo por las fuerzas leales al coronel Gadafi en los mortíferos enfrentamientos en un barrio residencial de Misrata.
Estas informaciones fueron confirmadas luego por los médicos de la ciudad, situada 200 km al este de Trípoli.
Por su parte, el régimen Muamar Gadaafi desmintió las acusaciones.
Rebeldes reciben armas
El presidente del Consejo Nacional de Transición libio (CNT), Mustafá Abdeljalil, afirmó al canal televisión francés France 24 que los rebeldes que enfrentan al dirigente libio Muamar Gadafi “recibieron armas de amigos” y también compraron armas
Abdeljalil precisó sin embargo que las armas recibidas “no son suficientes” y se negó a precisar de dónde provienen.
“Sólo puedo decir que recibimos armas de amigos y otras las pudimos comprar”, respondió el dirigente de la oposición libia que se reunió ayer con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, uno de los impulsores de los ataques aéreos en Libia contra las fuerzas de Gadafi.
Francia y Gran Bretaña descartan una intervención terrestre pero anunciaron el envío de oficiales para asesorar a los rebeldes libios en la protección de la población civil.
Estados Unidos apoyó las decisiones de Francia y Gran Bretaña pero insistió en que “no enviará efectivos estadounidense al terreno”.
El régimen de Muamar Gadafi advirtió que la presencia de militares extranjeros en Libia prolongaría el conflicto.
