La hija alzó su puño derecho mientras se dirigió a la audiencia desde el balcón de un segundo piso en el severamente dañado complejo de Bab Aziziyah, que fue atacado por aviones de guerra estadounidenses en 1986.
“Dejen nuestros cielos con sus bombas”, dijo, refriéndose a los ataques aéreos lanzados por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Trípoli.
Intensos tiroteos
La asediada ciudad rebelde de Misrata ha sido escenario de intensos tiroteos con armas automáticas, morteros y artillería entre los insurgentes y las fuerzas leales a Gadafi, constató un fotógrafo de la AFP.
“Queremos que la OTAN ataque la calle de Trípoli, aquí no hay civiles”, dijo un insurgente que responde al nombre de “Mohamed al Misrata”.
“Gadafi intentó tomar el puerto. Si se apodera del puerto entonces será el final”, estimó por su parte Mohamed al Wakohi, otro habitante de la ciudad que se refugió con siete familias en una casa cerca del puerto.
OTAN espera más aviones
Los ministros de relaciones exteriores de la OTAN se esfuerzan por superar las profundas divisiones que mantienen sobre la campaña militar en Libia, en medio de llamamientos para que se envíen más recursos al frente, en especial aviones.
La alianza no recibió compromisos inmediatos de suministrar más aviones, pese a los llamamientos franceses y británicos de lanzar ataques aéreos más precisos contra las fuerzas de Gadafi.
Piden salida de Gadafi
El presidente estadounidense, Barack Obama, el francés Nicolas Sarkozy y el primer ministro británico David Cameron volvieron a pedir la partida de Muamar Gadafi, después que volviera a desafiarlos desfilando por Trípoli pese a ser ahora el objetivo declarado de la OTAN.
Sarkozy, Obama y Cameron juzgaron en una tribuna que confirmaron en cuatro periódicos, “imposible imaginar que Libia tenga un futurocon Gadafi”.
“Es impensable que alguien que ha querido masacrar a su pueblo protagonice un papel en el futuro gobierno libio”, escribieron los mandatarios.
