“Necesitamos poner las bases para estudios que deberían realizarseen los próximos 10 o 20 años”, declaró la directora del departamentode Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, María Neira, en conferencia de prensa.
Neira aseguró que la OMS ya discute sobre este tema con las autoridades japonesas, aunque reconoció que “es demasiado pronto” para poner ya en marcha sistemas de vigilancia sanitaria, puesto que Japón aún se encuentra “en una fase muy aguda de detección” de la radiactividad.
La responsable de la OMS subrayó también que las autoridades japonesas están siguiendo la evolución de las funciones de las glándulas tiroides de 940 niños, sin que por el momento se haya revelado ningún riesgo.
El Servicio de Seguridad Nuclear japonés elevó el martes al nivel máximo de 7 el accidente nuclear de la central de Fukushima, en base a la escala de eventos nucleares y radiológicos (INES), sin que ello suponga un aumento de los riesgos para la salud, según la OMS.
Neira recalcó que por el momento “no hacen falta nuevas medidas de salud pública” a las ya tomadas por las autoridades japonesas tras el accidente de Fukushima.
“Es una situación que evoluciona y la tenemos que examinar y reexaminar casi a cada hora puesto que la situación desgraciadamente no está bajo control y no sabemos lo que puede ocurrir”, precisó.
