Se ha detenido, aunque pueda sonar algo crudo, a imaginar el destino de sus restos mortales? ¿Quisiera ser embalsamado o cremado y que sus cenizas sean lanzadas al mar, al bosque o en el patio de su casa? ¿Quisiera ser enterrado con algún objeto preciado, o sepultado junto a un familiar? Lea aquí: El costo que acompaña la muerte
