En conversación con Moisés Álvarez, director del Museo Histórico de Cartagena, El Universal logró descubrir la historia de Getsemaní y su importancia para la ciudad Heroica.

El primer arrabal
Fundada en 1533, Cartagena comenzó su expansión desde un núcleo primitivo en lo que hoy es el centro histórico, con la Plaza de Bolívar y la Plaza de la Aduana como sus ejes fundamentales. Con el tiempo, el auge del puerto y el comercio global llevaron a la necesidad de expandirse, dando lugar a nuevos barrios como San Diego y Getsemaní.
Getsemaní, el primer arrabal de Cartagena, no tuvo la connotación negativa de la periferia moderna. Más bien, se convirtió en un vibrante centro de comerciantes, artesanos y migrantes que inyectaron diversidad y dinamismo a la economía local. También te podría interesar: El mural que le dice ‘sí’ a las segundas oportunidades
Los habitantes del barrio eran joyeros, zapateros y expertos en la reparación de embarcaciones, quienes desarrollaron una actividad comercial activa”
Moisés Álvarez, director del Museo Histórico de Cartagena.
El barrio también fue el escenario de la formación de una nueva élite, distinta a la del centro, formada por comerciantes y artesanos que alcanzaron maestría en sus oficios y una conciencia política ilustrada. Durante el siglo XVIII, estas figuras emergieron como líderes clave en la lucha por la independencia de Cartagena.

Un espacio crucial para la independencia
Uno de los momentos más significativos en la historia de Getsemaní fue su papel en el movimiento independentista.
Los lanceros de Getsemaní, bajo el liderazgo del artesano Pedro Romero, jugaron un rol crucial en la presión para la firma del Acta de Independencia el 11 de noviembre de 1811. Su intervención aceleró un proceso que de otro modo podría haberse prolongado.
Además de su importancia histórica, Getsemaní refleja la evolución urbana de Cartagena.
En el siglo XIX, el barrio experimentó demoliciones parciales de sus murallas, como la puerta de la Media Luna, y se integró más estrechamente al resto de la ciudad con la construcción del Camellón de los Mártires, el Parque del Centenario y el muelle de los Pegasos.

Más allá de las murallas
La expansión de la ciudad continuó a lo largo de la línea del ferrocarril y la avenida Pedro de Heredia, consolidando a Getsemaní como un eje vital de conexión entre Cartagena y su pasado.
Hoy en día, Getsemaní no solo conserva su legado histórico, sino que también mantiene una vibrante cultura popular que sigue siendo una parte esencial de la identidad cartagenera. }
Sus calles y plazas son un testimonio viviente de una rica tradición que perdura en el corazón de la ciudad. Lee también: Cartagena se reconstruye para convertirse en la ciudad que soñamos