En Cartagena, la alegría se fabrica con amor y tradición. Este dulce típico, confeccionado por manos expertas, es un legado de las matronas de la ciudad que lo preparan con panela, coco y semilla de millo.
El Origen de un Dulce Tradicional
La alegría no es solo un nombre; es la esencia de un dulce que ha endulzado generaciones. Evelia Alcalá, una matrona típica, maestra en la elaboración de este manjar, desde los 4 años, ha estado inmersa en la preparación de la alegría, de hecho, para ella, hacer este dulce no es solo una profesión, es una tradición que honra a sus ancestros y fortalece su identidad cultural.
Aprendí de mi madre, quien a su vez lo aprendió de mi abuela. Actualmente yo lo preparo y lo vendo en el Portal de los dulces”
Evelia Alcalá Martínez, matrona Cartagenera.
Un Dulce que Endulza la Vida
El proceso de elaboración de la alegría es un arte que se perfecciona con el tiempo. La panela, el coco y la semilla de millo se combinan para crear una explosión de sabor que deleita a locales y turistas por igual. Cada bocado de alegría es una muestra de la riqueza cultural de Cartagena.
Además, para Evelia, la alegría ha sido más que un simple dulce; ha sido una fuente de ingresos y una manera de mantener viva una tradición que podría perderse en el tiempo.
“Hacer alegrías es mi vida. Es lo que me permite mantener a mi familia y enseñarles a mis hijos el valor de nuestra cultura,” expresa con una sonrisa.
Todos los días, en el Portal de los dulces, en el Centro Histórico de la ciudad, la presencia de Evelia y sus alegrías es un recordatorio del valor de nuestras tradiciones. Su dedicación y pasión por este dulce tradicional no solo endulzan paladares, sino que también mantienen viva la esencia de Cartagena.