Fader Yesid Rengifo Cuesta, un residente de Quibdó de 23 años, tomó la decisión poco convencional de pasar sus días entre los muertos. Desde hace un año, Fader vive entre los difuntos en el cementerio de San José. Su lecho es la tumba más alta, lo que le proporciona una sensación de confort en la noche, acompañada por el vasto sonido del silencio y el sonido ocasional de un búho. A pesar del entorno inusual, Fader insiste en que se siente contento en compañía del difunto.
Habiendo pasado previamente por rehabilitación de drogas, Fader ahora busca una nueva oportunidad. Completó su educación secundaria en uno de los colegios de Quibdó y expresa su deseo de seguir estudios en el Sena, una institución educativa de renombre. Fader cree que vivir entre los muertos tiene un efecto tranquilizador y asegura que no ha habido peligro durante su estancia en el cementerio.
Sin embargo, su familia tiene una perspectiva diferente. La madre de Fader, Mayerli Mercedes Rengifo Cuesta, explica que Fader compartía un vínculo estrecho con su abuela, quien era sobreprotectora con él. Cuando su abuela falleció hace cuatro años, Fader se quedó con un profundo vacío. Nunca asistió a su funeral y poco después comenzó a residir en el cementerio. Mayerli cree que la elección poco convencional de Fader se deriva del impacto significativo de la muerte de su abuela. A la cárcel por matar a mujer embarazada para sacarle su bebé
La vida de Fader dio un giro equivocado cuando sucumbió al oscuro mundo de las drogas, reflejando la oscuridad de la tumba donde pasa las noches. Un día, sin embargo, Fader reapareció en Medellín y visitó a su madre. Se disculpó humildemente, expresando su deseo de reconstruir su familia y buscando el perdón por sus acciones pasadas. Mayerli, también conocida como “señora Maye”, extendió su apoyo ayudándolo a conseguir un trabajo. Lamentablemente, Fader regresó a Quibdó para estar con el resto de su familia, desaprovechando la oportunidad que se le brindaba.
A pesar de los contratiempos, Fader ha encontrado consuelo y propósito entre los muertos, quienes lo acompañan en sus días y noches. Mató a su tío de una cuchillada en el pecho: cayó cuando escapaba