La disputa entre Daddy Yankee y su exesposa, Mireddys González, volvió a escalar esta semana con la presentación de una nueva demanda federal en Puerto Rico.
El cantante, cuyo nombre real es Ramón Luis Ayala Rodríguez, busca impedir que González interfiera en el uso de las marcas “Daddy Yankee” y “DY”, registradas desde hace décadas como parte fundamental de su carrera musical y de su imperio comercial.
El recurso, presentado el lunes 6 de octubre por su equipo jurídico ante el Tribunal Federal de San Juan, argumenta que González “carece de cualquier derecho o interés personal” sobre dichas marcas y que sus recientes acciones representan un intento de bloquear el uso de los nombres que han identificado al artista desde los años noventa.
Según la demanda, González habría tomado medidas ante la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos (USPTO) para oponerse a los registros de “Daddy Yankee” y “DY”, alegando falta de autorización de su parte. Su defensa acusa al cantante de violar la Ley Lanham, que regula el uso de marcas registradas. Lea: Confirmado: Daddy Yankee actuará en los Premios Billboard en Miami

Los abogados del intérprete de Gasolina respondieron asegurando que esas marcas son “indisolublemente ligadas a su identidad profesional” y que impedirle su uso generaría un “daño inmediato, catastrófico e irreparable”.
Además, advirtieron que cualquier restricción provocaría confusión entre sus seguidores y sus socios comerciales, especialmente cuando el artista se prepara para regresar a los escenarios en los Premios Billboard de la Música Latina, el próximo 23 de octubre.
La batalla legal entre Daddy Yankee y Mireddys González tras su divorcio
El enfrentamiento entre Daddy Yankee y Mireddys González no es nuevo. Según documentos judiciales, el 24 de julio de 2025 los abogados de González enviaron una carta a la representación del artista para exigir el cese de uso de las marcas y solicitar su participación en los registros ante la USPTO.
Más tarde, el 24 de septiembre, ella pidió una prórroga para oponerse al registro de la marca “DY”, y el 2 de octubre hizo lo mismo con “Daddy Yankee”, ambas solicitudes radicadas ante la Junta de Apelaciones y Juicios de Marcas (TTAB).
El conflicto se enmarca en la disolución de El Cartel Records Inc., la empresa matriz del artista, que Daddy Yankee inició en abril de 2025, luego de que el divorcio con González se hiciera oficial en febrero del mismo año.
Según los documentos de esa separación, la disolución de la compañía devolvía al intérprete los derechos sobre sus marcas, motivo por el cual considera que González no puede reclamar propiedad ni control sobre ellas.

La jueza federal María Antongiorgi Jordán ordenó que González disponga de 48 horas tras su notificación formal para responder a la demanda. El tribunal deberá determinar si la exesposa del cantante tiene algún tipo de participación o interés comercial legítimo en las marcas, o si el derecho exclusivo pertenece únicamente al artista.
La guerra legal entre ambos se remonta a finales de 2024, cuando su separación se volvió pública después de casi tres décadas de matrimonio. En diciembre de ese año, Daddy Yankee presentó una demanda por presuntas transferencias no autorizadas realizadas por González y su hermana desde cuentas corporativas hacia personales, por un monto estimado en 100 millones de dólares.
En los meses siguientes, el artista interpuso nuevas acciones judiciales, incluyendo una demanda de 250 millones de dólares por fraude informático y abuso fiduciario, alegando un manejo irregular de fondos y bienes pertenecientes a sus corporaciones musicales.
González, por su parte, respondió con reclamos económicos y solicitudes de sanciones diarias por incumplimientos de acuerdos previos. Lea: Daddy Yankee, cara a cara con Mireddys: “Que en la paz de Dios termine”
Tras su retiro oficial de los escenarios en diciembre de 2023, Daddy Yankee enfrentó una de las etapas más complejas de su vida personal y empresarial.
La disolución de su matrimonio derivó en un entramado judicial que involucra desde propiedades y cuentas hasta la titularidad de su nombre artístico, hoy convertido en el centro de la batalla legal.