La cantante estadounidense Taylor Swift logró una nueva medida de protección legal frente a una situación que ha puesto en riesgo su seguridad personal. Una jueza de Los Ángeles dictó una orden de restricción de cinco años contra Brian Jason Wagner, un hombre de 45 años, residente en Colorado, que en repetidas ocasiones intentó ingresar a la vivienda de la artista en California.
La resolución, emitida el 22 de septiembre, obliga a Wagner a mantenerse a una distancia mínima de 100 yardas (91 metros) de la intérprete, así como de su hogar, vehículo y lugar de trabajo. Además, deberá entregar cualquier arma de fuego, municiones o equipos de protección que posea y evitar todo tipo de contacto físico o digital con la estrella del pop hasta el año 2030.
El fallo se produce tras una serie de incidentes registrados desde 2024, cuando Wagner comenzó a aparecer de forma insistente en la residencia de Swift. En varias ocasiones fue sorprendido por el personal de seguridad merodeando en las inmediaciones. En uno de esos episodios, portaba una botella de vidrio que fue catalogada como un objeto potencialmente peligroso.
De acuerdo con documentos judiciales citados por medios estadounidenses, Wagner habría modificado la dirección de su licencia de conducir para que coincidiera con la de Swift y llegó incluso a atribuirse falsamente la paternidad de un hijo con la cantante. También desvió correspondencia de la vivienda e inundó a la artista y a su equipo con mensajes intimidatorios. Se registraron al menos 26 correos electrónicos en pocas semanas, algunos enviados incluso durante un periodo de reclusión del acusado en 2023.
Taylor Swift teme por su seguridad y pide ayuda
Ante estos hechos, Swift expresó en su solicitud ante la corte: “Temo por mi seguridad y la de mi familia”. El tribunal consideró válidos los argumentos presentados por la defensa de la cantante y la evidencia recabada por investigadores privados, quienes documentaron los intentos de acercamiento reiterados y la negativa del acusado a responder notificaciones oficiales.
La ausencia de Wagner en la audiencia celebrada en Los Ángeles facilitó la decisión de la jueza, que advirtió que cualquier incumplimiento de la orden permitirá su detención inmediata.
No es la primera vez que la intérprete de “Shake It Off” enfrenta situaciones de acoso. En 2019, un hombre fue detenido en Rhode Island cuando intentaba ingresar armado a su residencia, y en 2024 otro individuo fue arrestado en Nueva York tras presentarse en más de treinta ocasiones en la puerta de su casa.
Estos antecedentes han llevado a la cantante a reforzar de manera permanente sus protocolos de seguridad. Según reportes de prensa, ha incrementado el personal de vigilancia en sus propiedades y en eventos públicos, además de instalar barreras móviles y coordinar estrechamente con autoridades locales y federales. Incluso se han implementado accesos controlados y pantallas opacas para limitar la visibilidad en sus desplazamientos, medidas similares a las utilizadas para proteger a figuras políticas.
La orden de restricción, vigente hasta septiembre de 2030, representa una medida crucial para proteger a Taylor Swift de un acosador persistente.