Cada persona en el mundo guarda en su interior millones de sueños y metas. Algunos son más fáciles de cumplir que otros, pero cada uno de ellos es la muestra de la esperanza de salir adelante y alcanzar la felicidad.
El arte, sin importar su vertiente, muchas veces representa los sueños de los que buscan llegar más lejos de lo que la vida les permite y de aquellos que miran hacia adentro para expresarse de maneras inimaginables.
Y es que el artista depende de nadie más que de su propia mente, entorno e imaginación. Pero, ¿qué sucede cuando un cineasta no puede filmar o un poeta no puede escribir?
En ‘Un poeta’, película ganadora del Premio Especial del Jurado en la sección Un Certain Regard del Festival Internacional de Cine de Cannes y dirigida por Simón Mesa Soto, se aborda este tema y las repercusiones que puede tener para un artista sentirse un fracaso y no contar con un legado por el cual ser recordado.

Una cierta mirada en la historia de ‘Un poeta’
Esta película nos narra la historia de un poeta fracasado, de un hombre solo y desesperado, de un pusilánime al que solo le queda su humanidad y la mirada de desaprobación tanto de su ídolo, el también poeta José Asunción Silva, como de su familia.
Y aunque ‘Un poeta’ pueda parecer una película colombiana más, en realidad es una muestra de que en Colombia no solo existen historias de violencia y pobreza extrema, sino de personas comunes y corrientes que viven, sufren y sueñan tanto como los demás.
Simón Mesa Soto, director y productor, ha declarado múltiples veces que la creación de la película se inició como un reflejo de sí mismo como cineasta, pero que decidió utilizar la figura del poeta maldito para explicar la compleja actividad del artista, marcada por la lucha entre la necesidad de realización personal y su identidad como “soñadores de verdad”, una de la que Óscar, la pobre alma de la que habla la película, hace parte.
Fácilmente, este personaje podría ser cualquier poeta con la obstinación de no querer vivir bajo parámetros que, para él, traicionan la esencia de lo que significa su poesía, pero también cualquier artista que ha perdido esa cierta mirada que los inspira y los hace soñar, esa que tanto profesan tener, pero que realmente no pueden encontrar.
Sin embargo, aunque lo que se ve en pantalla parece una fría burla, no es más que una sátira de la realidad en la que se encuentran cada uno de ellos, esa que les hace buscar lo comercial o recibir reconocimientos para sentirse orgullosos de lo que han logrado, sin saber que, al hacerlo, solo pierden su autenticidad.
De hecho, de esa autenticidad ‘Un poeta’ tiene mucho, no solo hablando de su historia, sino del aspecto humano que la rodea, pues incluyó como protagonista a un actor natural que, con un corazón lleno de sueños, se encontró con muchos parecidos con el personaje que interpretó.

Sueños frustrados y retos cautivadores en ‘Un poeta’
La narrativa que el director construyó en ‘Un poeta’ no se quedó en la queja amarga frente a la falta de éxito, sino que, con la ayuda de su actor protagonista, Ubeimar Ríos, logró convertir el drama personal del artista en una reflexión más amplia sobre el fracaso, contada a través del humor.
Este humor, en medio de la tragedia, no se da únicamente porque los personajes busquen ser cómicos, sino porque las situaciones, tan incómodas como graciosas, invitan a pensar la sátira como un mecanismo de resistencia frente al fracaso y a los sueños perdidos.
“Las palabras de Simón fueron muy claras al decir que no era el actor el que debía pensar en ser chistoso, sino la situación que está viviendo el personaje”, explicó Ubeimar Ríos en conversación con Facetas.
La lectura del fracaso para Mesa Soto se evidencia y puede ser entendida a través de la interpretación de Ubeimar, en la que reconoce que su personaje no está tan lejos de su propia vida y que, de hecho, podrían compartir algunos sueños frustrados, pues aunque aclara que la existencia de Óscar es “más sufrida”, admite que ambos comparten la sensación de haber fracasado en el arte.
“Yo soy un fracaso en literatura, porque en la década de los 90 gané algún concurso con la Casa de la Cultura y hubo la posibilidad de publicar. Óscar, al menos, sí publicó, pero después de eso no volvió a pasar nada con nosotros en el mundo literario”, confesó.
El fracaso, que podría entenderse solo como una carga, se convierte en un lugar común dentro de la película, y todos en algún momento lo han transitado, incluido Ubeimar, a quien esa realidad le dio un punto de conexión íntimo con el papel, pues tanto él como su personaje son profesores de filosofía, amantes de la poesía y, según sus propias palabras, “parte de los poetas malos”.
Un poema feliz en ‘Un poeta’
La desesperanza y los sueños perdidos de Óscar están reforzados en la percepción de ser poco comprendido por quienes lo rodean y de sentirse un fracasado. Sin embargo, aún posee la nobleza suficiente para mantenerse firme hasta encontrar una motivación que lo ayude a superar su frustración.
Dicha motivación se ve reflejada en Yurladys, su estudiante, y en Daniela, su hija, pues gracias a ellas descubre una forma distinta de interpretar su fracaso, ya no como una condena inevitable a la mediocridad, sino como una oportunidad para habitar el presente, valorando los logros alcanzados en el pasado y volviendo a soñar una vez más.
“La historia de Óscar puede parecer triste al principio, pero cambia cuando él logra entender lo que todos debemos entender: que por más que estemos profundamente hundidos en un hueco, no podemos perder la esperanza de hacer arte o lo que sea que nos guste”, comentó Ubeimar.
La película, al final, se acerca a la realidad, porque Óscar se convierte en Simón, en Ubeimar y en cada artista o simplemente ser humano que persiste y sigue soñando a pesar de las adversidades, manteniendo la esperanza de seguir caminando y alcanzando sus metas.
Porque, después de todo, ‘Un poeta’ es un retrato sobre la humanidad y, al mismo tiempo, un poema de arte sobre arte: un poema feliz que ayuda a entender que el oficio del artista es tan sanador como frustrante y que los sueños perdidos y encontrados del artista son los mismos de cada espectador que ve la película.