El cantante argentino Axel, conocido por su trayectoria musical y por ser uno de los artistas pop más queridos en América Latina, reveló que tiene un plan de vida que va mucho más allá de los escenarios. Durante una reciente entrevista, confesó que desde hace varios meses siente un fuerte llamado espiritual que lo motiva a pensar en el sacerdocio, específicamente dentro de la orden franciscana.
El artista explicó que este no es un deseo repentino, sino un anhelo que lo acompaña desde su adolescencia. A los 12 años, aseguró, desarrolló una profunda devoción por San Francisco de Asís, y recordó que durante su infancia fue monaguillo, lo que marcó su vínculo con la iglesia. “Sentí una especie de señal desde lo alto que me recordó que no puedo quedarme con la espina de no haberlo intentado”, señaló al hablar de esta decisión que planea concretar cuando cumpla 60 años. Es importante mencionar que en enero del 2024 el artista confirmó su separación de la que fue su esposa durante 16 años. Lea también: “Una nueva etapa”: Axel anunció su ruptura después de 16 años
Axel: el sueño de ser sacerdote
Axel es padre de cuatro hijos de 5, 10, 12 y 15 años, y considera que la paternidad no es un obstáculo para responder al llamado religioso. Por el contrario, afirma que su experiencia como padre le ha dado una mirada distinta sobre la vida y sobre lo que significa servir a los demás. “Hoy sé que ser papá no es un impedimento para la vida sacerdotal”, afirmó.
Su espiritualidad ya se había hecho evidente en declaraciones anteriores, cuando manifestó que confía plenamente en Dios y que nada tiene más poder que “el gran creador”. También sorprendió en otra ocasión al contar que mantiene en casa provisiones, herramientas y hasta cuchillos “como un boy scout”, en preparación para momentos de crisis o escasez. Lea también: “En algún momento los esperaré con mis baladas”: Axel
Con este nuevo anuncio, Axel deja claro que su camino no se limita a la música. Aún proyecta al menos una década más de carrera artística, pero no descarta que, en su madurez, el público deje de verlo sobre un escenario para encontrarlo en un altar, cumpliendo un sueño que asegura lo acompaña desde niño.