Son muchas las canciones del folclor vallenato que retratan historias de amor, desamor, celos, traiciones y un sinfín de experiencias que tocan el corazón precisamente por narrar hechos tan cotidianos como auténticos.
El vallenato es considerado por muchos como poesía hecha música: relatos de amor y de vida transformados en acordes y melodías en las voces de grandes exponentes como Rafael Orozco, Iván Villazón, Alejo Durán, Rafael Escalona, Emiliano Zuleta, Diomedes Díaz, Carlos Vives, entre otros.
Algunas canciones encierran historias tan profundas como anecdóticas y, cada vez que se escuchan, evocan a sus protagonistas. Especialmente aquellas que reflejan la tristeza, la muerte y la desolación.
Un ejemplo claro es ‘Mujer marchita’, composición del maestro Daniel Celedón Orsini e inmortalizada por la voz de Jorge Oñate.
Parte de su letra dice: “Desde niña, te marchaste de tu casa. Convencida de que habrías de regresar. Y hoy la vida te ha mostrado sus espaldas. Tu partida sigue su recta final (…) Mujer marchita, de alma infecunda. Pobre criatura sin ninguna redención. Sola entre la multitud, que comercia con tu amor. Al irse tu juventud, baja tu valoración”.

Esta sentida canción refleja las dificultades y el dolor de las mujeres que optan por el trabajo sexual. Lo más conmovedor es que Celedón se inspiró en una historia real.
La historia detrás de la canción Mujer marchita
En su canal de YouTube, el creador de contenidos Checho Díaz Vallenato, dedicado a divulgar las raíces e historias del género, relató la anécdota que inspiró a Celedón.
Según Díaz, la historia se remonta a 1962, en Villanueva, La Guajira. Daniel Celedón tenía entonces apenas 12 años. Mientras disfrutaba de su infancia en la finca El Novalito, propiedad de su padre Luis Celedón, conoció a varias trabajadoras sexuales de la zona.
Una de ellas, conocida como “La Cachaca”, era una mujer de 22 años cuya belleza no pasaba desapercibida. Aunque ella no ocultaba su interés por el joven Daniel, él, intimidado, prefería ignorar sus coqueteos.
Un domingo, la noticia de un altercado en un establecimiento cercano llegó a sus oídos: una trabajadora sexual había sido atacada por dos hombres. Al acercarse al lugar, Daniel se encontró con una escena devastadora: el cuerpo sin vida de “La Cachaca”, abatida con cinco disparos.
Años más tarde, en 1980, ya como compositor consolidado, Celedón evocó ese doloroso recuerdo para dar vida a Mujer marchita, un tema que denuncia las heridas y tragedias que atraviesan muchas mujeres en medio de este oficio.
Hoy, la canción es considerada un clásico del vallenato y una de las composiciones más emblemáticas de Daniel Celedón Orsini.